viernes, 30 de junio de 2017

Capítulo 116





Los días pasaban sin mayores problemas, y con problemas te referías a los malestares matutinos, nocturnos, todos, porque si no te pasaba nada por la mañana, aparecían de noche, y si no era a la noche, era a la mañana, y si no aparecían, tendrías que asustarte porque aparecían todos juntos en la tarde.


Y hoy era uno de los peores, te sentías tan mal que no siquiera te atrevias a levantarte.

'¿Bebe porqué me haces esto?, Tengo que ir al colegio’  pensaste para vos misma y te sentaste en la cama.







-Buen día mi vida, espero que estés bien y ese porotito también. Los amo, llámame cuanto te levantes’





Suspiraste​ y cerraste tus ojos, respiraste unas cuantas veces antes de ponerte de pié y dirigirte al baño.

Te arreglaste mínimamente y luego de ponerte el uniforme, bajaste lentamente para encontrarte con tu familia desayunando.







-Hey, ¡Que carita! Buen dia-- dijo tu papá al verte y sonreiste--

-Hola hermosos -- dijiste y tus hermanos te saludaron--

-¿Que vas a desayunar vos mi amor?-- preguntó Helena apareciendo y le sonreiste-- ¿queres tus panqueques de siempre?-- preguntó y de repente la sola idea de recordar el olor te hizo negar rápidamente con la cabeza-- ¿No?-- dijo sorprendida--

-no, no tengo mucha hambre, con unas tostadas estoy bien-- dijiste sentándote y ella asintió con una sonrisa para volver a la cocina y traerte tu café humeante con la leche en la otra mano--  Gracias Hele-- dijiste y ella besó tu cabeza para luego entregarte las tostadas en un plato aparte--







Las charlas mañaneras entre ustedes comenzaron y no pudiste participar mucho, puesto que no sabías como hacer desaparecer el café de la taza, y no sabías hacer magia aún. 

¿Como hacerlo? ¿Como explicar que tu mayor adicción de un día para el otro desapareció y que resultará creíble?, Seguiste comiendo lentamente las tostadas y cuando viste que Helena se dirigió al baño, aprovechaste el momento para levantarte con la taza y arrojarla en la pileta de la cocina.






-hey, ¿porque tiras el café?-- preguntó tu hermano apareciendo de repente, haciendo que soltaras la taza--

-ay, me asustaste estúpido….nada, era el último poquito que quedaba, estaba frío-- dijiste y el se encogió de hombros--

-¿Te llevo?-- preguntó y sonreiste para luego asentir--

-voy a buscar mis cosas y vuelvo-- dijiste, el besó tu frente--





Cerraste tus ojos para  intentar aminorar tu malestar, eras tan ilusa, como si con hacerlo tus malestares desaparecieran mágicamente.

Una vez arriba, entraste a tu cuarto y sacaste tus cosas para volver a bajar, tu hermano estaba esperándolos a Beltrán y a vos para llevarlos al colegio, así que intentaste ignorar el revoltijo que tenías en el estómago y bajaste para encontrarte con los dos.


Tomaste la mano del más chiquito y juntos caminaron hasta el auto.

Jamás habías sentido el camino al colegio tan eterno, y es que en cualquier momento serías capaz de abrir la puerta del auto para poder vomitar en paz.  Nuevamente cerraste tus ojos, respirando miles de veces intentando calmarte, por lo menos hasta llegar.







-¿estas bien vos?-- preguntó Gonzalo de repente--

-si, si...me duele un poco la cabeza, pero estoy bien-- dijiste sonriendole, el tomó tu mano y la besó.

-¿segura? ¿no querés volver a casa?-- preguntó y negaste con la cabeza, aunque la realidad era que te morías por decir que sí--





A los pocos minutos llegaron y para tu suerte Gonzalo los dejó en la primaria, por lo que te vino perfecto.

Ni bien dejaste a Beltrán en su salón, agarraste el celular de la mochila y llamaste a Pedro, quien por supuesto te atendió a los pocos os segundos.






-Hola mi vida-- dijo él, del otro lado, sacandote una pequeña sonrisa--

-Hola amor-- dijiste respirando, mirando hacia arriba-- no quiero molestarte… Pero no doy más, me siento muy mal, veni a buscarme. Necesito un baño ahora, y no quiero entrar así-- dijiste a punto de llorar, y es que estabas tan desesperada--

-Hey, hey, tranquila…estoy saliendo para allá. Espérame-- dijo el y suspiraste. El cortó la llamada y te quedaste afuera, detrás de un árbol para que nadie pudiera verte, te recostaste contra el mismo y tragaste saliva fuertemente, ¡Sabias que no tenías que comer nada!, Pero no podías no hacerlo cuando tenías a cuatro pares de ojos mirándote.

-Gorda-- escuchaste que te llamaron y viste a Camila caminando hacia vos-- ¿que pasa? ¿vas a entrar?-- preguntó y negaste con la cabeza--

-me siento muy mal, estoy a tres segundos de vomitar todos mis órganos-- dijiste y ella sonrió--

-uh, se vino con todo ese bebito-- dijo y sonreiste--

-con todos los malestares del mundo, ya no encuentro excusas para disimular-- dijiste y ella mordió su labio inferior--

-¿Pepe está viniendo?-- preguntó y asentiste--

-si, porque Gonza nos trajo y dejé a Beltrán en su salón y acá estoy, hace un ratito lo llamé...porque Dios, no aguanto más -- dijiste y en ese momento, un auto se estacionó en la vereda de enfrente, pudiste ver que era el de Pedro, el se bajó y casi que corrió a ustedes--

-Pau-- dijo él, acercándose un poco más y ni siquiera esperaste a que lo hiciera, te prendiste a su cuello como una garrapata-- ¿estas bien?-- preguntó--

-no, quiero morirme-- dijiste--

-te dije que no digas más eso ni en chiste-- dijo él y te separaste para mirarlo--

-necesito mi cama y un inodoro ahora mismo-- dijiste y Camila sonrió-

-los dejo, cuídala Pepe-- dijo ella, antes de saludarlos y caminar hasta la entrada del colegio--

-perdon por hacerte venir, pero no doy más-- dijiste y el besó tu frente--

-no pasa nada amor. Veni, vamos-- dijo tomándote por la cintura y llevándote hacia el auto, te quitó la mochila y la puso en el asiento de atrás para luego subir él--






Pedro tomó tu mano, y emprendieron camino hacia su casa. Y casi como si tu cuerpo supiera que estabas llegando, las ganas de vomitar se hacían cada vez más intensas.


Apenas llegaron al estacionamiento, le pediste las llaves urgentemente y saliste disparada hacia las escaleras, y cuando llegaste abriste la puerta y corriste hacia el baño.

Permaneciste allí por unos cuantos minutos porque seguias teniendo arcadas, pero aún no había alivio alguno.

Pedro se sentó a tu lado y acarició tu espalda.




-¿mejor?-- preguntó y negaste. Tiraste la cadena y apoyaste la cabeza en tus antebrazos. El acercó la mano hacia tu panza y la dejó ahí-- deja a mamá tranquila un ratito-- dijo el haciéndote sonreír. 



¿Como no hacerlo si se comportaba de esa forma?, Era imposible.



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miércoles, 28 de junio de 2017

Capítulo 115




Pedro hizo que rodearas su cintura con tus piernas y lentamente te llevo a su habitación mientas besaba tu cuello con desesperación. 

Vos no podías hacer más que disfrutar...al parecer las sensaciones se volvían cada vez más intensas...y estabas comenzando a creer seriamente en eso de que las hormonas en el embarazo se alborotaban más de la cuenta.

Terminaron el trayecto cuando te depositó sobre la cama, y se subió encima tuyo para volver a atrapar tus labios en un beso, rodeaste su cuello con tus brazos e intensificaste el beso tanto como te fue posible, hasta que el oxígeno se acabó para ambos.

Vos comenzaste por quitarle el buzo que traía puesto y luego seguiste por su camiseta, dejándolo con el torso desnudo, el sonrió y vos mordidte tu labio inferior, ¿era tanto el amor que sentías por él, o cada día se ponía más lindo?... Había un poco de las dos opciones, pero te inclinaste más por la segunda.

Él metió sus manos debajo de tu ropa, y comenzó a dejar suaves caricias que pronto te hicieron entrar en calor, de a poquito comenzó a quitarte la ropa y ni bien estuviste con el torso desnudo al igual que él, se fundieron en un profundo abrazo, sintiéndose piel a piel.


-te amo-- dijo él, susurrando cerca de tu oído, haciéndote estremecer. Vos lo miraste a los ojos y tomando su rostro lo besaste.





Pronto sus ropas desaparecieron dando lugar a que las caricias entre ustedes se tornaran un poco más intensas.

Pedro recorría tu cuello y alrededores con besos húmedos mientras vos intentabas no quedarte atrás...de repente sus besos comenzaron a bajar, deteniéndose en el reciente tatuaje, que adornaba tu piel de una forma sencilla y delicada.

El te miró a los ojos y vos sonreiste, dejo un beso allí y se quedó admirándolo por unos cuantos segundos…. Frunció su ceño y volvió a centrar su mirada en la tuya.





-¿Que dice?-- preguntó y mordiste tu labio inferior--

-no es tu nombre...pero es lo que siento-- dijiste y el pasó sus dedos por esa parte de tu piel--

-You're all I feel-- dijo él, leyendo la misma. Vos lo miraste--  

-no sos el único que puede dejar notitas...está vez te la dedico yo a vos, pero para siempre-- dijiste y el te miró-- sos todo lo que siento-- le dijiste traduciendole la frase que ahora adornaba tu cuerpo. El sonrió y sin más se acercó nuevamente para besarte--

-eso si que no me lo esperaba-- dijo acariciando tu mejilla--

-me di cuenta… pero siempre es más fácil enojarte conmigo, ¿no?-- dijiste y el sonrió--

-no me enojé-- dijo y vos reiste--

-dale, ni vos te la crees -- dijiste y besaste su mejilla-- pero igual, te amo-- dijiste y el te besó--






De repente las palabras sobraban y lo único que valía en ese momento, eran sus besos, que más allá de toda palabra, demostraban todo lo que sentían, todo lo que quizás no podían decir.

Todo dejó de existir a su alrededor, quién sabe por cuanto tiempo, pero ninguno estaba atento a ello. Cuando estaban juntos nada más importaba.

Descansabas sobre su pecho, mientras dejabas pequeños besos en su pecho esperando a que la respiración de ambos se normalizara.





-¿Sabes? Me está entusiasmando mucho la idea -- dijo el, acariciando tu cabello, vos sonreiste--

-a mi tambien...pero de todas formas me da miedo-- dijiste levantando la vista para poder verlo-- ni siquiera terminé el colegio mi amor, ¿como voy a ir a la facultad?, Intento ser optimista pero no creo poder con todo, un hijo no es cualquier cosa-- dijiste--

-yo sé mi vida… y no estoy diciendo que vaya a ser fácil, pero vamos a poder...los dos juntos vamos a poder-- dijo él y besó tu frente-- y créeme que también tengo miedo, no tengo ni la menor idea de cómo ser papá, de como tratar a un bebé, no sé-- dijo el y reiste--

-¿estas listo para el caos?-- preguntaste y el sonrió--

-la verdad que no, pero voy a hacerle frente a cualquier cosa por ustedes dos-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-no quiero ni imaginar el momento en el que tengamos que decir la verdad-- dijiste y el asintió--

-ese es otro tema, pero acordate que no estás sola. Ahí voy a estar yo para asumir todo con vos-- dijo y lo abrazaste--

-en menos de un año...me cambiaste la vida por completo-- dijiste y el te apretó más contra su cuerpo--

-bueno...no puedo decir lo mismo porque vos lo hiciste hace más de diez años -- dijo y reiste--

-mentiroso-- dijiste y el besó tu cuello--

-de verdad...aunque terminaste de hacerlo cuando te di nuestro primer beso-- dijo y volviste a reir--

-Una plena puber… un asco, te cambié la vida sí, porque saliste corriendo-- dijiste y el rió--

-hey...no digas así, sabes que fue por tu hermano-- dijo el y besaste su pecho-- eras hermosa--dijo y mordiste tu labio inferior--

-mmm no se si creerte, pero me conformo con tenerte para mi solita ahora-- dijo y el besó tu frente--

-espero unos meses más, que ya vas a tener competencia-- dijo y golpeaste su pecho--

-va a ser varoncito-- dijiste y el rio--

-si vos decís-- dijo y te pusiste encima de su cuerpo, el puso tus manos en tu espalda baja mientras vos pegabas su frente a la tuya--

-si, digo-- dijiste y lo besaste. En ese momento tu celular comenzó a sonar, y cuando viste de quién se trataba, reiste. Era Naiara que intentaba una videollamada con vos--

-¿la vas a atender?-- preguntó y te tapaste con las sábanas--

-si-- dijiste riendo y finalmente atendiste-- ¿que querés?-- preguntaste y reiste al ver a las dos juntas ahí--

-queremos saber de nuestro sobrino-- dijo Camila sonriendo y miraste a Pedro quien sonrió tambien--

-esta perfecto-- dijiste--

-¿Ya le dijiste a Pedro?-- preguntaron y asentiste, las dos comenzaron a gritar --

-Calmense che-- dijiste riendo--

-¿Que te dijo?-- preguntó Naiara--

-nada, se sorprendió al principio...pero está re contento-- dijiste y el besó tu mano--

-me alegro amiga...sabía que él se lo iba a tomar bien-- dijo Camila--

-si, igual si no lo tomaba bien lo íbamos a golpear-- dijo Naiara y vos sonreiste-- hablando de golpear, lo vimos a Sebastián en el supermercado, tenía la cara hecha pija-- dijo riendo y vos miraste a Pedro-- le preguntamos que le pasó y dijo que le habían robado-- dijo--

-bueno, te mintió…el culpable fue Pedro-- dijiste y ellas volvieron a reir--

-se lo merecía por hijo de puta-- dijo Camila-- che, ¿vos estás en bolas?-- preguntaron y reiste--

-apa...te lo apretaste al contador-- dijo Naiara-- ¿le apretaste la cola?-- dijo y reiste--

-hey, callate-- dijiste poniéndote colorada--

-no me vas a negar que tiene linda cola, si fuera por mí le muerdo las nalgas-- dijo--

-Naiara -- dijiste y Pedro comenzó a reír--

-Gracias por el cumplido Naiara-- dijo Pedro y rápidamente se puso seria--

-Hija de puta, avísame que está ahí. De nada Pedro, ojalá mi sobrino saque tus nalgas-- dijo y Camila la golpeó--

-bueno, ya, listo. Me cansaron-- dijiste riendo y cortaste la llamada--

-me subieron el ego al cielo. ¿Asi que te gusta mi cola?-- dijo el y mordiste tu labio inferior--

-callate-- dijiste riendo y el mordió tu cuello--

-mmm te gusta mi cola, te gusta mi cola --dijo y reiste--

-me encanta --dijiste aceptándolo y el te besó--




Pasaron la mañana así, entre besos y caricias. 

Luego decidieron ir a almorzar a tu casa, y pensaste que difícil sería fingir que no pasaba nada, pero intentarías hacerlo.



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viernes, 16 de junio de 2017

Capítulo 114




El doctor preparó el transductor de la ecografía y te dijo que levantaras la bata para dejar al descubierto tu vientre.



Así lo hiciste, y luego de ponerte un poco de gel, lo pasó. 

Pedro miraba todo muy concentrado, hasta que sus ojos se encontraron con las letras de color negro que adornaban la parte más baja de tu cadera, rápidamente te miró y lo sentiste apretar fuerte tu mano, vos mordiste tu labio inferior, habías olvidado por completo ese pequeño detalle...no entendías como no lo había visto aún.






-todavia no se puede ver por este medio Paula, así que lo vamos a intentar de otra forma-- dijo y vos asentiste. Pedro se pasó la mano por la cara y te susurró--

-vos y yo vamos a hablar después-- dijo serio y asentiste, no podías hacer otra cosa--





La cosa se puso realmente fea cuando el doctor le mostró a Pedro lo que iba a hacer a continuación, una ecografía transvaginal, donde esta vez el transductor no iría sobre tu vientre...sino por otro lado, y comenzó a entenderlo cuando le puso un preservativo al pequeño aparatito, el te miró entre asustado y molesto, vos le sonreiste para calmarlo pero no parecía haber funcionado.

Decidiste limitarte a hacer todo lo que se te dijera , de esa forma se irían cuanto antes de allí dejando al doctor ileso, porque Pedro en ese momento estaba preso de unos instintos asesinos.

El doctor les dijo a ambos que miraran la pantalla, y tomados de la mano lo hicieron, pero no podían ver nada, solo unos bultos en escala de grises, donde era casi imposible que pudiera verse un bebé.





-bueno Paula… estás atravesando la quinta semana de gestación-- dijo el doctor y automáticamente ambos se miraron-- todo está más que perfecto-- les dijo, mirando atentamente aquella pantalla-- miren, este pequeño puntito que se ve acá, ese es su bebé-- dijo regalándoles por fin una sonrisa, una que contagió a Pedro-- ¿Les gustaría escuchar su corazoncito?-- preguntó y ambos asintieron sin dudarlo. De repente la pequeña habitación se inundó de un sonido rápido y constante. Pedro y vos se miraron con miedo-- tranquilos, esto es perfectamente normal, la frecuencia cardíaca del embrión es muy rápida-- explicó y pudieron tranquilizarse, en ese momento cayeron en que los latidos que oían, provenían de nada más ni nada menos que de su hijo, el mismo que ambos habían hecho. Podías ver los ojos humedecidos de Pedro, y que decir de los tuyos, los mismos ya dejaban escapar lágrimas sin poder detenerse.





Lamentablemente, ese momento tuvo que ser cortado, el doctor tenía que darles algunas explicaciones más antes de que tuvieran que irse. Con mucha paciencia y cuidado, se sacaron varias dudas y por supuesto, se llevaban muchas recomendaciones más.

Ni bien pisaron el estaciónamiento de la clínica​, Pedro te abrazó fuertemente, escondiendo su cara en tu cuello, respirando en el mismo y dejando constantes besos allí.








-fue un momento hermoso -- dijo el, susurrando en tu oído, haciendo que tu estómago sintiera esas famosas 'mariposas’ revolotear en tu interior-

-sin dudas lo fue-- dijiste disfrutando de su cercanía, su aroma, disfrutando de él-

-te amo mi vida-- dijo él y moriste de amor--

-yo a vos. Mucho mucho-- dijiste y besaste su cuello también--

-te juro que quiero gritarlo, porque nunca pensé que me iba a sentir así de feliz-- dijo y reiste--

-yo también mi amor, pero no estoy preparada para enfrentar la reacción de mi familia-- dijiste separándote. El junto su frente con la tuya--

-y yo te voy a respetar-- dijo y besaste sus labios-- ¿Vamos a casa?-- preguntó y asentiste, estaban a unas pocas cuadras así que sería lo más conveniente-





El te dió un último beso y ambos subieron al auto para dirigirse hacia su departamento, pero antes, se encargó de comprar el ácido folico, que el doctor dijo que era necesario que empezaras a ingerir.

Luego siguieron su camino y llegaron a destino. El abrió la puerta y finalmente pudiste despojarte de tu abrigo, luego la cerró y se quedó con las manos en su cintura mirándote fijamente.







-¿que pasa?-- preguntaste mientras te sentabas en el brazo del sillón--

-Quiero que me expliques ahora que fue lo que vi en el consultorio-- dijo y bufaste, se estaba refiriendo al bendito tatuaje--

-un tatuaje-- dijiste y el se acercó, vos mordiste tu labio inferior y cuando estuvo lo suficientemente cerca, tiraste de la cinturilla de su pantalón y lo acercaste para que quedara entre tus piernas--  

-¿Que dijimos?-- dijo él, mirándote--

-vos dijiste, yo no dije nada...es más, te dije que me lo iba a hacer-- dijiste y el suspiró--

-odio que juegues con tu cuerpo de esa forma--dijo y frunciste el ceño--

-no es un juego, me gustan los tatuajes-- dijiste-- y me hice uno con mis amigas-- dijiste mostrándole el otro en la muñeca, el rodó los ojos y se alejó para caminar a la cocina-- ¡Pedro!, No te podés enojar por eso-- dijiste y caminaste detrás de él--

-eso es malo para el embarazo-- dijo el y mordiste tu labio inferior--

-no lo sabía cuándo me lo hice-- dijiste y volvió a poner las manos en su cintura, para luego soltar un insulto--

-¿Fue un hombre?-- preguntó y sonreiste--

-si-- dijiste--

-¿y te pusiste en pelotas delante del tipo?-- preguntó y reiste para acercarte y rodear su cuello con tus brazos--

-no, solo donde iba el tatuaje-- dijiste y el mordió su labio inferior sobrandote. Besaste su barbilla-- celoso de mierda que sos-- dijiste y el te abrazó--

-quiero que me digas el nombre porque lo voy a mandar a matar-- dijo y vos reiste-- y a vos también te voy a matar-- dijo e hiciste un puchero--

-¿a besos?-- preguntaste--

-si... ahora te lo demuestro-- dijo dándote una palmada en la cola. Vos reiste y besaste su cuello--

-te amo-- dijiste y el te besó--

-Quiero ver ese tatuaje ahora--dijo y reiste--

-deja de cortar el romanticismo nene-- dijiste y el te agarró por la cintura sentándote en la mesada--

-te voy a comer la boca-- dijo mirando tus labios. Vos sonreiste--

-¿Que esperas?-- preguntaste--

-los regalos que me trajiste-- dijo y vos reiste--

-y acá está-- dijiste señalando tu panza. El rió y te besó--

-me refiero a mis bombones y chocolates-- dijo--

-y tambien, estoy acá-- dijiste y el volvió a reir--

-tarada-- te dijo y lo besaste-- te amo-- dijo y lo abrazaste--

-nosotros también... papito-- dijiste cerca de su oido--




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Solo les dejo unito porque me siento mal si no subo, pero no voy a poder hacerlo esta semana.  

Por favor comenten, ustedes regalenme eso, los comentarios 💗




viernes, 9 de junio de 2017

Capítulo 113



Despertar así, calentita, entre los brazos de la persona que más amabas no tenía precio alguno, pareciera ser que cuando estabas allí, encerrada en ellos, todo lo demás desaparecía...solo eran ustedes dos, bueno..tres.


Abriste tus ojos lentamente y los refregaste con tus manos para poder acostumbrarte a la luz que se filtraba por la ventana.

 Quisiste moverte, pero las piernas de Pedro estaban enredadas con las tuyas, y sus manos te apretaban contra su pecho...sonreiste al sentir una de ellas sobre tu vientre.

'Bebe… lindo momento en el que decidiste llegar. Ya tenés mis genes, igual de caprichosa que yo’ pensaste.



Te removiste un poco, porque tu novio te impedía hacerlo y en tus intentos por escaparte, lo despertaste.







-¿Que pasó?-- preguntó super dormido, vos sonreiste acariciando si antebrazo--

-necesito ir al baño...pero mi novio no me deja mover-- dijiste y lo sentiste apretarte aún más contra él--

-buen día-- dijo y giraste para poder quedar de frente a él, quien te sonrió y escondió su cara en tu cuello--

-hola mi vida-- dijiste y lo sentiste besar tu cuello-- ¿ahora sí me dejas ir? Me hago pis-- dijiste y él te soltó suavemente, vos besaste su barbilla y te sentaste en la cama para poder ponerte nuevamente tu pijama que había desaparecido durante la noche y levantarte--







Te dirigiste al baño e hiciste tus necesidades, luego te acercaste al lavatorio para poder cepillarte los dientes, en eso la puerta del baño se abrió y tu novio totalmente desnudo y dormido hizo acto de presencia.


Mordiste tu labio inferior y seguiste haciendo lo tuyo, aunque tu mirada se desviaba a través del espejo a su espalda, sus piernas...sus nalgas.








-que pervertida, deja de mirarme la cola-- dijo en cuanto giró su cabeza, vos reiste-

-perdon, sos muy lindo-- dijiste y el rió también. El se dió la vuelta y se acercó a vos para rodearte con sus brazos y lavar sus manos  manteniéndote abrazada.

-vos tambien, sos hermosa-- dijo  y besó tu hombro-- y ella también-- dijo poniendo una mano en tu panza, vos sonreiste, de repente la sonrisa se te borró--

-¿Que hora es?-- preguntaste y el se encogió de hombros-- Pepe, tenés que trabajar-- dijiste y el sonrió--

-me tomé el día libre para estar con vos...porque te extrañé mucho, pero ahora podemos aprovechar el día e ir a un obstetra…si te parece-- dijo el a través del espejo, vos mordiste tu labio inferior--

-es como que todavía no soy consciente de todo lo que conlleva este regalito-- dijiste poniendo también tus manos allí, el sonrió--

-un regalito muy lindo, que se apuró en venir pero igual lo esperamos con amor-- dijo él y te diste la vuelta para enfrentarlo. Él sonrió y besó tus labios-- ¿que te parecen mis planes?-- preguntó--

-si, quiero saber si todo está en orden -- dijiste y el asintió-- pero primero vestite, porque así no vas a ningún lado-- dijiste y el rió--

-si soy lindo, tengo que mostrar mi belleza-- dijo y vos lo miraste indignada-

-a mí sola me podés mostrar-- dijiste y el rió-

-¿ves? Lo mismo te digo y no me haces caso, fuiste toda hermosa de cazadora, con esa pollerita, mostrando todo ¿ y a mi no me dejas?-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-supera el disfraz, ¿dale? -- dijiste y el sonrió--

-hasta que no te lo pongas para mí, no lo voy a superar nunca-- dijo y te besó--

-bueno, Vamos-- dijiste y el sonrió para darte un beso y salir del baño.




Los dos se cambiaron rápidamente, y vos te adelantaste para ver si había alguien en casa, tu papá debía de estar trabajando, tu hermano también y Beltrán en el colegio, pero rogabas que Helena hubiera ido al súper, y para tu suerte así era.

Así que le dijiste a Pedro que bajara tranquilo y luego de un desayuno rápido, se dirigieron a su departamento para que pudiera cambiarse con ropa limpia.

Y una vez que lo hicieron, emprendieron camino hacia la clínica, una que tu novio había elegido.

Los nervios comenzaron a aumentar con el pasar de los minutos y es que te era un poco imposible asimilar todo lo que estaba pasándote, en una semana tu vida había cambiado completamente, ya no eras vos sola, sino que había alguien en tu interior que dependía absolutamente de vos y nadie más que vos.

En ningún momento Pedro soltó tu mano, y reforzó su agarre cuando los invitaron a esperar su turno.







-todo va a estar bien-- susurró el y vos lo miraste-- te prometo que los voy a cuidar con mi vida-- dijo y te acercaste--

-te amo--dijiste para luego besarlo. Él sonrió--

-yo a vos-- dijo y en ese momento, una mujer salía del consultorio y con una panza enorme, vos miraste a Pedro, en unos meses ibas a ponerte igual y no estabas preparada para verte así--

-¿Alfonso?-- dijo un doctor llamándolo, ustedes se pusieron de pié y se acercaron al hombre-

-soy yo-- respondió Pepe y el les sonrió para correrse a un costado y dejarlos pasar. Tu corazón latía con fuerza y apretaste la mano de tu novio--

-Buen dia, mi nombre es Sebastián-- dijo y Pedro sonrió apenas, ¡Que coincidencia la puta madre! Pensaste.

-Hola, soy Pedro, y ella es Paula, mi novia--dijo Pepe, y vos sonreiste--

-me imaginé-- dijo sonriendo, el doctor debía de tener unos cuarenta años, Pedro entrelazó sus dedos con los tuyos y miró al doctor--

-Ayer nos enteramos de que Paula está embarazada...queríamos verificar que todo estuviera bien, no sabemos de cuanto está, ni nada de eso-- dijo y el doctor asintió--

-muy bien Paula, te voy a pesar, y después vamos a hacer una ecografía si es que se puede, o una transvaginal si vemos es reciente-- dijo y ustedes asintieron--  ¿19 años Paula? -- preguntó y vos asentiste, el doctor hizo una mueca que a tu punto de vista estuvo de más, y ni que decir para Pedro--




El doctor te guió hasta una balanza y verificó tu peso para luego señalarte la camilla, donde tenías que recostarte y antes ponerte una bata. Así que con todos los nervios del mundo, te cambiaste y te recostaste para esperar al doctor, que llegó a los pocos segundos, con Pedro a su lado.



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lunes, 5 de junio de 2017

Capítulo 112




Habían perdido la noción del tiempo, pero no te importaba, no querías salir de sus brazos, necesitabas quedarte así para siempre.

Seguías así, prendida a su cuello, respirando su aroma, intentando calmarte...y si bien estaba funcionando, no estabas preparada para lo que él tuviera para decir...si es que lo tenía.

El sorbió su nariz, y suavemente te tomó por la cintura, para poder sentarte en la cama y acomodarse. El suspiró y te miró a los ojos, vos secaste tus lágrimas y le sostuviste la mirada.




-no tengo palabras-- dijo y limpio su nariz, luego sonrió mínimamente-- Dios sabe que no me lo esperaba-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-yo tampoco me lo esperaba...y estoy muerta de miedo-- dijiste, intentando evitar que las lágrimas volvieran a salir-- no sé qué hacer, no se que pensar, no nada-- dijiste encogiendote de hombros y el asintió--

-es una noticia hermosa...Quizás no era el momento, pero...es una vida, una vida que hicimos juntos-- dijo él y estiró su mano para tomar la tuya, vos le sonreiste mínimamente--

-obvio que no es el momento… ni siquiera estoy preparada mentalmente para lo que va a venir-- dijiste volviendo a llorar-- no sé cómo ser una mamá, y ya no se trata de un juego-- dijiste y el se acercó un poco más--

-podemos aprender… pero, no quiero que te sientas obligada a nada, si vos no estás segura y no querés seguir con esto, podemos…--dijo mirándote, vos frunciste el ceño-

-¿que estás queriendo decir?-- dijiste y el se pasó las manos por su cara--

-que si no querés seguir con el embarazo... podemos-- dijo y lo miraste--

-¿podemos qué Pedro? Obviamente que estoy muerta de miedo, pero jamás se me cruzó por la cabeza esa posibilidad-- dijiste y el asintió-- es mi hijo--dijiste y pensaste en la palabra que acababas de decir…”hijo”, ibas a tener un hijo. El suspiró--

-no quiero que por mi culpa...dejes de vivir tu vida como te gustaría-- dijo bajando la mirada--

-no es tu culpa...en todo caso es de los dos, pero lo que menos importa es de quién es la culpa… importa lo que va a pasar de ahora en adelante-- dijiste y el asintió para acercarse un poco más--

-yo sabía que algo raro estaba pasando cuando hablamos por teléfono-- dijo y vos mordiste tu labio inferior--

-no es algo para decir por teléfono...y no sé, tenía miedo-- dijiste y el te miró--

-¿Pensaste que me iba a borrar?-- preguntó serio y negaste con la cabeza--

-no... pensé que ibas a estar enojado por lo de Sebastián y no ibas a querer verme-- dijo y el sonrió--

-creeme que cuando me llegó esa foto, rompí todo mi departamento, pero sabía que no tenías la culpa, quería enojarme con vos pero no podía-- dijo y sonreiste-- igual, ya me la cobré-- dijo--

-¿que hiciste?-- preguntaste y el te mostró sus puños, los mismos estaban rojos-- Pedro-- dijiste asustada--

-me estaba colmando la paciencia y me sacó, y me parece perfecto porque se lo merecía, además, tu hermano me ayudó-- dijo tranquilo y mordiste tu labio inferior. Luego te acercaste y lo abrazaste con fuerzas-- te amo, ¿si?, Eso no va a cambiar, ni ahora, ni nunca, y te prometo que vamos a encontrar la forma de llevar adelante esta situación-- dijo besando tu cuello--

-tengo tanto miedo, pero a la vez...estoy contenta, no sé cómo explicarlo, tengo una vida dentro mío-- dijiste en un susurro y el se separó para sonreírte--

-vino de repente pero fue con amor-- dijo acariciando tu mejilla. Vos te acomodaste en la cama, y le hiciste un lugar a él para que luego hiciera lo mismo que vos--

-veni, acostate conmigo -- dijiste y el lo hizo, no sin antes quitarse su remera y su pantalón, rápidamente se acostó y vos te acurrucaste contra su pecho… Cuanto habías extrañado su calor, su aroma a hombre, a Pepe, a todo él--

-voy a ser papá-- dijo en un susurro, tu piel se puso de gallina y levantaste la cabeza para poder mirarlo-- me vas a dar un hijo-- dijo con sus ojos brillosos, vos le sonreiste, tu cuarto solo estaba iluminado por la lámpara de noche, pero aún así podías verlo. Vos lo abrazaste el acarició tu espalda y suspiró--  todo va a estar bien, lo juro-- dijo besando tu frente--

-todavia no se lo quiero decir a nadie, quiero esperar un poquito...al menos quiero pensar en cómo se lo voy a decir a papá-- dijiste suspirando también, de repente tus ojos se llenaron de lágrimas otra vez-- no quiero que se decepcione de mí-- dijiste y el te abrazó--

-solo lo vamos a descubrir cuando se lo digamos-- dijo él--

-soy su única hija Pepe, este embarazo ni siquiera aparecía en sus planes para mí, o al menos hasta que tuviera cuarenta años-- dijiste y sentiste a Pedro sonreír--

-en nuestros planes tampoco estaba tener un hijo Pau, pero acá está, y quiere nacer para cambiarnos la vida-- dijo y de repente sentiste su mano debajo de tu remera, allí, en tu vientre--  pero ya vamos a encontrar la manera de decir la verdad, y te juro que no te voy a dejar sola, sobre mi cadáver me van a separar de vos-- dijo besando tu mejilla y sonreiste-- te amo-- dijo él--

-te amo-- dijiste vos y lo abrazaste, aún con su mano en tu vientre de por medio--

-¿de cuánto estarás?-- preguntó y levantaste​ la cabeza para mirarlo--

-no sé, no tengo idea-- dijiste y escondiste tu cara en su cuello--

-me intriga saber cuándo fue que llegó acá-- dijo todavía acariciando tu pancita, aún plana. Vos sonreiste--

-a mí también… pero me pasa que no termino de entender cómo pasó, porque estábamos cuidandonos-- dijiste y el se encogió de hombros--

-quizas estuvimos dentro de ese 1% de probabilidades de que nuestros métodos de protección fallaran-- dijo sonriendo--

-o capaz me agarraste dormida, si no, no hay otra explicación-- dijiste y el rió--

-¿vos decís? Capaz la que me agarró dormido fuiste vos… aunque quizás fui yo-- dijo acercándose a tu oído--  para atarte a mi toda la vida-- dijo y lo miraste sonriendo para luego besarlo--

-no hacía falta que lo hicieras...porque desde los trece años estoy atada a vos… sos mi hilo rojo-- dijiste haciéndolo reir--

-te amo-- dijo acercándose para besarte-- aunque ahora mi corazón va a tener que partirse en dos-- dijo sonriendo-- los amo, a los dos, o a las dos-- dijo y vos sonreiste--

-para mi es varoncito, así que seremos los dos-- dijiste que y te abrazaste aún más a él--

-todo porque no querés tener competencia-- dijo el y reiste--

-obvio...no quiero que nadie me robe tu atención-- dijiste dejando un beso en su pecho--

-ah, vos no querés que te roben mi atención, pero ¿a mi si me pueden robar la tuya?...no señorita, encima querés que tenga competencia-- dijo y vos reiste--

-y bueno, si es varoncito te la vas a tener que bancar-- dijiste poniendo tu mano encima de la suya que estaba sobre tu panza--

-lo mismo va para vos. Agárrate si es nena-- dijo riendo--

-mmm no, vos sos mío-- dijiste escondiendo tu cara en su cuello--

-y vos mía, pero si vos no me compartis, yo a vos tampoco te comparto….--dijo y se acercó a tu oído-- aunque …. Te parto-- dijo y reiste-

-loco-- dijiste--

-por vos-- dijo y te besó.





Ese beso, terminó en uno de los actos de amor más lindos del mundo.

 Sin dudas fue la más especial de todas, porque luego de tremenda noticia los dos estaban algo movilizados...por lo que las sensaciones fueron aún más intensas, pero sin dudas algo hermoso.



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Espero que les guste la historia!!! COMENTEN COMENTEN❤❤❤❤❤


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domingo, 4 de junio de 2017

Capítulo 111





Si bien la vuelta el camino a casa, te había servido para pensar, ya no veías la hora de llegar y estar entre sus brazos, necesitabas que fuera el quien se encargara de hacer desaparecer tus miedos, que fuera él quien te dijera que todo iba a estar bien.


Por ahora, solo media hora faltaba para poder verlo, y ni siquiera estabas segura de si ibas a poder estar con él como te gustaría, ya que toda tu familia querría acaparar tu atención.



Camila a tu lado, no paraba de mensajearse con tu hermano, quien le decía que estaba yendo a buscarlas...pero por el contrario, Pedro no te había dicho nada y por más de que hubieran tenido esa charla el día de ayer, aún parecía estar un poco enojado, y es que, si la situacion hubiera sido al revés, te hubieras puesto mucho peor, y estarías absolutamente envenenada...pero si bien eso te angustiaba un poco, ahora habia algo más importante que no te dejaba pensar en otra cosa, y que de ahora en adelante, merecía todo tu cariño… pero por el cariño no había que preocuparse, porque sin dudas, amabas a ese ser casi insignificante que crecía en tu interior.

Las luces del micro comenzaron a encenderse, y eso quería decir que estaban llegando.

Tus compañeros comenzaron a inquietarse y a los pocos segundos entendiste porqué, la familia de todos estaba esperando por ustedes en la puerta del colegio.

Sonreiste al ver a Helena, tu papá y tus dos hermanos esperando por vos, pero tu corazón se hundió al no verlo a Pedro por ningún lado, intentaste mantener tu sonrisa aún así.





-tranquila gorda...no estás sola-- dijo Naiara antes de que tuvieran que bajar--

-obvio que lo sabes-- dijo Camila y las tres se abrazaron.

-gracias amigas-- dijiste y llegó el momento de bajar.





Ni siquiera te apresuraste en hacerlo, necesitabas alargar el momento, porque una parte de vos esperaba ver a Pedro llegar.

Lamentablemente al bajar tampoco lo viste por ningún lado, y no te quedó más remedio que acercarte a tu familia, quiénes te recibieron con lo brazos abiertos y mucho amor, en las últimas 24 horas, eras lo único que necesitabas, mucho amor, aunque no tuvieras el amor de quién querías que te lo diera.

Tu papá y tu hermano mayor, se encargaron de tus cosas, así que no tuviste que preocuparte por eso, los cinco comenzaron a caminar hacia el auto, pero vos no dejabas de mirar hacia atrás.




-no pudo venir-- dijo tu hermano cerca de tu oído, y vos lo miraste para luego asentir, el besó tu frente y seguiste contestando las miles de preguntas de Beltrán--






Finalmente llegaron a tu casa, y el primero en recibirte fue Bady, al que abrazaste con todas tus fuerzas.

Y ni siquiera pudiste terminar de entrar, que ya estaban pidiéndote los regalos que les correspondían, reiste y no tuviste más opción que comenzar a entregarlos.

 Pero una vez que los tuviste contentos a todos, pediste subir a tu habitación, te sentías cansada y querías descansar, por supuesto que te dejaron.

Así que eso hiciste luego de despedirte, subir y encerrarte, para poder derramar tus lágrimas en paz, intentaste serenarte un poco pero para ese momento ya no podías contenerte. 

Lo único que hiciste, fue tomar tu pijama, ropa interior, y meterte al baño para que nadie pudiera molestarte, para poder desahogarte...para pensar en qué debías hacer de ahora en adelante.

Ni siquiera la ducha había servido de 'terapia’ está vez, y es que estabas sobrepasada con todo.

Lo único que necesitabas ahora, era meterte debajo de los acolchados y dormir hasta poder olvidarte de todo...pero eso no borraría nada.

Tocaste tu vientre una vez más, era lo único que de alguna manera te permitía ser 'medianamente consciente’ de lo que sucedía. Ibas a tener un hijo, por Dios, pero ¿cuando se terminaba de ser consciente de eso?, Porque por ahora lo veías un poco imposible.

Te secaste el cabello, y luego decidiste acostarte. 

Eran poco más de las las 23:00 de la noche cuando por fin te acostaste, tomaste tu celular y te diste cuenta de que no tenías absolutamente ningún mensaje de Pedro, tu corazón se apretó con fuerza y dejaste escapar un suspiro junto con miles de lágrimas.

Y pareciera ser que enterarte de que estabas embarazada, había logrado que las famosas 'hormonas’ se dispararan, porque estabas demasiado sensible y no podías parar de llorar.

Cerraste tus ojos intentando serenarte, en tu cabeza apareció la imagen de tu mamá.  'Mama, ¿que hago? ¿que voy a hacer? Tengo miedo’ pensaste por dentro y terminaste por abrir tus ojos al escuchar el ruido de la puerta de tu cuarto abrirse, levantaste la cabeza despacio, y lo viste a Pedro entrar y cerrar la puerta con llave.

El te miró en silencio,y las lágrimas volvieron a salir sin permiso. 


Sin siquiera esperar a que se acercara, te bajaste de la cama y corriste a abrazarlo….ahi, entre sus brazos era el único lugar en el que necesitabas estar.







-Hey... tranquila-- dijo el acariciando tu espalda suavemente, pero tu llanto no cesaba, sino que iba en aumento, el se agachó un poco y te agarró por los muslos para que rodearas su cintura con tus piernas-- vine para que hablemos… ya pasó, ya lo cagué a trompadas, ya me saqué las ganas de ponerlo en su lugar-- dijo y escondiste tu cara en su cuello--

-perdon-- dijiste suavemente y el besó tu cuello--

-ya está, abrázame fuerte que te extrañé mucho-- dijo el y sorbiste tu nariz. Luego lo sentiste caminar y pronto te depositó en tu cama. Vos te sentaste y el te sonrió-- le dije a Gonzalo que nos guarde el secreto, tenía muchas ganas de dormir con vos-- dijo y secaste tus lágrimas. ¿Como se suponía que tenías que decirle que iba a ser papá?, Te preguntaste a vos misma-- hey, deja de llorar, ya pasó-- dijo y una nueva catarata de lágrimas te atacó impidiéndote hablar-- mi amor, me estás asustando-- dijo él, sentándose frente a vos-- Paula-- dijo tomando tu mano, vos lo miraste a los ojos intentando buscar las palabras correctas, pero no las encontrabas--

-Pepe...yo-- alcanzaste a decir antes de volver a sollozar--

-Paula--dijo mirándote serio-- ¿Que pasó en Bariloche? -- preguntó y negaste con la cabeza, de seguro estaba armándose semejante historia--

-me enteré de algo-- dijiste tragando saliva y el frunció el ceño-- y...no sé cómo decirtelo-- dijiste hipando y el se acercó un poco más--

-¿que es? ¿que pasa?-- preguntó y lo miraste. Las lágrimas volvieron a caer por tus mejillas y mirándolo una vez más intentaste hablar--

-estoy embarazada-- dijiste finalmente-- estoy embarazada Pedro-- repetiste tapando tu boca y volviendo a llorar. Sus ojos se clavaron en los tuyos, y a los pocos segundos se humedecieron, sin embargo seguía allí, estático...se pasó las manos por la cara y sin más, se acercó hasta a vos, para abrazarte, poniéndote encima de sus piernas, apretandote contra su cuerpo.




No tenías idea de cuantos minutos habían pasado, pero seguían allí, en la misma posición...podías sentir su cuerpo temblando debajo del tuyo, al parecer también estaba llorando….habian perdido toda capacidad de hablar, y es que no sabías que decir, no sabías que hacer.

Las palabras sobraban, pero allí estaba él, abrazándote como si la vida se le fuera en ello.  No sabías como se sentía, porque no había emitido sonido alguno, pero pronto lo descubririas.

La vida de ambos daría un enorme cambio.


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