jueves, 23 de febrero de 2017
Capítulo 44
Los días iban pasando muy rápido, tanto que ni te habías dado cuenta de que pasó exactamente dos semanas.
Estabas contenta, feliz, no podías poner en palabras todo lo que estaba pasándote, porque te costaba creerlo, porque te costaba admitir que estabas cada día más enamorada de Pedro, él era todo en lo que podías pensar.
Ahora mismo estabas entrando al estudio, para llevar a cabo la última clase de la semana, Guillermina estaba sentada mirando su celular.
-buenas -- dijiste mientras dejabas tu bolso a su lado--
-hola pelotucha-- dijo ella levantando la cabeza y le sonreiste--
-¿como estás? -- preguntaste sentándote a su lado--
-bien bien, ¿vos? Nah, no me digas, tu cara de imbécil me lo dice todo -- dijo riendo y reiste también-- ¿como anda el dueño de tu cara de pelotuda? -- preguntó y reiste--
-Ahi anda, ¿Y Maurito? -- preguntaste--
-cortamos ayer, pero volvimos hoy al mediodía-- dijo y rodaste tus ojos para luego reír-- ¿ya blanquearon? -- preguntó--
-el quiere hacerlo, yo también quiero, pero es como que me da miedito, Gonzalo lo va a matar cuando se entere -- dijiste y ella sonrió--
-no tiene porqué meterse te cuento...Pero si, obviamente hay esas reglas entre amigos -- dijo ella y asentiste--
- pero muero por hacerlo y dejar de esconderme -- dijiste y ella te sonrió--
-hacelo, se lo merece, ¿no te parece? -- preguntó y sonreiste--
-si, me viene aguantando hace mucho, pero encima mañana es el cumpleaños de Gonzalo-- dijiste y ella sonrió--
- hermoso regalo de cumpleaños-- dijo riendo y reiste también--
-callate -- dijiste riendo y se puso de pie para dar comienzo a la clase--
Ella comenzó a marcarte lo que tenías que hacer. Lo hiciste como si nada, estabas relajada y contenta, tanto que ni siquiera sentiste las dos horas,casi tres que estuviste bailando, el tiempo había pasado volando y ahora mismo estabas volviendo a casa.
Una vez que llegaste, viste a tu papá jugando con Beltrán, tu corazón se apretó de ternura, porque amabas verlos juntos.
-Hola bombones -- dijiste entrando y los dos levantaron la vista para mirarte--
-¡Hola Pau! -- dijo el más pequeño--
-hola mi vida -- dijo tu papá y seguiste tu camino hacia tu cuarto, pero tu corazón se detuvo al ver a Pedro sentado en la mesa del comedor y con tu hermano--
-buenas-- dijiste y pudiste ver sus ojitos felices cuando te vio, estabas segura de que pusiste la misma cara que él--
-hola Pau-- saludo el--
-hola mocosa -- dijo Gonzalo--
-hola imbéciles, ¿laburando a estas horas? -- dijiste y ellos asintieron--
-tenemos que adelantar trabajo si queremos festejar mañana -- dijo Gonzalo feliz y mordiste tu labio inferior--
- okey-- dijiste y le guiñaste un ojo a Pedro sin que tu hermano te viera-- me voy a bañar-- dijiste--
-baja rápido que ya está la cena -- dijo tu padre y asentiste para luego subir-
Rápidamente te metiste en tu cuarto y te dispusiste a bañarte. Tenías mucha hambre y sabías que si ellos también la tenían no iban a esperarte, reiste ante tu pensamiento, pero así era.
Cuando terminaste, saliste y te peinarte para luego poder cambiarte, sonreiste al pensar en que ibas a ponerte. Finalmente te decidiste por el pijama, un vestido de color azul que tenía un unicornio en el centro, lo amabas, pero no era algo que solías usar cuando había gente, porque era un poquito demasiado corto, pero.... estaba Pedro.
Reiste y te acercaste a tu escritorio para perfumarte, cuando algo llamó tu atención...una notita estaba encima de tu computadora.
"Still falling for you".
Frunciste el ceño, te habías olvidado por completo de estas notas que aparecían casi periódicamente en tu cuarto por arte de magia, tanto, que también se te olvidó el miedo que te causaba. Dejaste la nota en el lugar y saliste de tu cuarto pensando en eso, y en quien podría ser la persona que dejara eso allí.
Una vez abajo, te encontraste con tu hermano y Pedro aún en la mesa, y Helena a su lado pidiéndoles que ordenaran la mesa para cenar. Sonreiste y te acercaste.
-Volvi-- dijiste y automáticamente sentiste la mirada de Pedro, por supuesto que te miraba de arriba abajo--
-mocosa muerta de hambre-- dijo Gonzalo terminando de escribir algo en la computadora y cerrandola--
-vos. Imbécil-- dijiste--
-¿que me vas a regalar? -- preguntó--
-una patada en el orto porque me rompiste mi llavero-- dijiste haciendo reír a Pedro--
-era un peluche, imposible no arrancarlo -- dijo y miraste a tu papá--
-papi, me rompió mi chanchito-- dijiste--
-lo voy a hacer comprarte otro mi vida -- dijo y reiste--
-¡Junten todo que vamos a comer!-- dijo Helena una vez más y los dos comenzaron a guardar todo.--
Veías a Pedro ordenar todos sus papeles muy concentrado, estaba muy lindo de esa forma, bah, de todas las formas posibles.
-¡anota el número de la cuenta porque te vas a olvidar!-- le dijo Gonzalo y el sonrió para luego sacar un block de notas y hacerlo. Tus ojos se abrieron con sorpresa...conocias esas dichosas hojitas de colores, mordiste tu labio inferior....Habías encontrado al culpable--
Rápidamente guardó todas sus cosas y Helena finalmente pudo poner la mesa para que todos se sentaran a cenar, y luego procedió a servir la comida.
Por esas casualidades que aparecen en la vida, Pedro se sentó a tu lado y sonreiste al sentirlo tomar tu mano, habías extrañado el contacto de su piel en todo el día, porque apenas habían cruzado un par de palabras por teléfono.
La cena comenzó y todos empezaron a charlar entre todos, Gonzalo que no paraba de pedir regalos y diciendo que la casa sería un auténtico desastre en la noche. Vos, con tu cabeza puesta en que iba a decir Pedro cuando le dijeras que lo habías descubierto....necesitabas que te lo dijera, para que pudieras morir de amor una vez más.
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LEAN EL QUE SIGUE.
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