Capítulo 108

Despertaste al otro día, sintiéndote peor que nunca, con un dolor de cabeza terrible y con los coordinadores pateandoles la puerta para que se levantaran y bajaran a desayunar.

Hoy se llevaba a cabo la primer excursión y tenían que estar todos listos en 15 minutos, por lo que con toda tu fuerza de voluntad, te paraste de la cama y te acercaste a despertar a tus amigas.

Las mismas se quejaron una y otra vez, pero vos caminaste hasta el baño para higienizarte y poder arreglarte un poco antes de bajar.

Tus amigas ya estaban cambiándose también, así que no tuviste que esperar tanto para bajar a desayunar, porque de hecho, tenías tanta hambre que eras capaz de comerte un brazo.

Mientras esperabas que Naiara y Camila estuvieran listas, tomaste tu celular y esperabas ver un mensaje de Pedro, tu corazón latió con fuerza al ver que así era y automáticamente una sonrisa se instaló en tu cara.

-Buen día ogrita, que disfrutes de hoy, te extraño, te amo ❤-- envíó él, arrancandote la primer sonrisa del día.

-buen día mi vida...recién me levanto, estamos por ir a la primer excursión. Te llamo cuando vuelva, y también te extraño y amo mucho, muchísimo❤ -- respondiste vos de igual forma, dejaste tu celular a un lado y viste a tus amigas mirarte con una sonrisa.

-lo amo-- dijiste y las dos rieron-

Las tres juntas llamaron al ascensor y esperaron a que este llegara para poder bajar. En ese momento, tu cabeza hizo un flash hacia la noche anterior, y el recuerdo de lo que había pasado irrumpió en tu cabeza, de repente comenzaste a sentir calor.

-¿que te pasa?-- preguntó Naiara dándose cuenta de tu cara, que de seguro se había puesto blanca como un papel-

-Paula, ¿Que te pasa?-- preguntó Camila--

-Sebastian me besó anoche-- dijiste recordándolo todo, y de repente tus ojos se humedecieron de a poco--

-Te dije que no te quedarás con él, ¡te lo dije!-- dijo Camila y Naiara apretó tu mano--

-tranquila gorda...no pasó nada, esto no va a salir de acá-- dijo Naiara-- no llores, vos no tuviste la culpa-- dijo y suspiraste--

-eso... tranquila-- dijo Cami y mordiste tu labio inferior--

-no puedo ser más estúpida porque no me alcanza el tiempo-- dijiste y en ese momento el ascensor llegó, así que las tres entraron y bajaron para poder desayunar--

Todos tus compañeros estaban reunidos en el salón, sirviéndose cada uno su desayuno.

 Tus amigas se prendieron a la comida automáticamente, así que intentaste dejar de pensar en aquello, obvio hacías el intento porque no podrías fingir que aquella noche no sucedió.

Sebastián apareció a los pocos minutos, y si bien intentó sonreírte, está vez ni siquiera le dirigiste una mirada. De ahora en más tendrías que ser más cuidadosa.

El dolor de cabeza parecía no querer abandonarte y frente a eso no podías hacer nada, puesto que aunque te doliera ibas a tener que ir a la excursión.

De a poco todos iban terminando con su desayuno y de la misma forma iban caminando hacia la entrada para esperar al colectivo que los llevaría a destino.

Tus amigas y vos, iban haciéndose bromas entre sí, pero más a Naiara, quien la noche anterior había decidido quedarse con el mendocino en el boliche, pero al caer dormidas tan pronto, ni siquiera se habían dado cuenta a qué hora había vuelto, así que las estaba poniendo al tanto de lo que había sucedido.  Por supuesto que no fue nada de otro mundo, y más todavía para ella, quién vivía el día a día.

Tampoco se detuvo a la hora de criticarlo, y por supuesto que hizo mil chistes acerca de cómo venía 'dotado’.

Una vez que llegaron al lugar pactado, de a poco comenzaron a bajar y a formar grupos pequeños. Por supuesto que ustedes tres se quedaron juntas, y preparándose para lo que iba a ser el dichoso “culipatin”.

Ustedes eran las siguientes en intentarlo, y ya estaban riéndose, cómo disfrutabas de esas personas que la vida había puesto en tu camino, esperabas tenerlas toda tu vida.

Se pasaron toda la mañana allí, hasta que llegó el momento de almorzar, así que tuvieron que volver al hotel pronto.

Sin embargo, el sueño comenzó a apoderarse de vos.

 Lo único que querías era terminar de almorzar y subir a tu habitación para dormir un rato, al fin y al cabo tenían la tarde libre, pero tampoco querías desaprovecharla durmiendo, de seguro terminarías yéndote de compras con las chicas.

Y así fue, ni bien terminaron de almorzar, las tres fueron a sus habitaciones para buscar plata e ir a comprar regalos. 

Sonreiste al verlas tan locas entrando a todos los locales y comprando cualquier boludes que veían, pero las querías igual.

Ni bien entraste al primer local, lo hiciste pensando en él, en qué podia gustarle, porque todo lo que veías querías llevárselo, pero obvio...también tenías una familia.

Optaste por un buzo y por supuesto los chocolates. Ya verías que más llevarle, pero por ahora, con esto estaba bien.

-¿Chicas? ¿y si nos tatuamos?-- preguntó Naiara frente a un local de tatuajes--

-no, estás loca-- dijo Camila, Naiu te miró y vos sonreiste--

-puede ser… hace mucho quiero uno, pero Pedro no me dejaba hacérmelo donde yo quería-- dijiste frunciendo los labios-

-¿acaso ves a Pedro por acá?-- dijo Naiara mirando a su alrededor--

-No, pero-- dijiste y ella te miró--

-no seas cobarde...yo entro, la que quiera, que me siga-- dijo ella entrando al local, mientras Camila y vos se miraban--

-Paula no seas estúpida y no le digas la corriente-- dijo ella--

-pero quiero un tatuaje-- dijiste sonriendole, ella mordió su labio inferior--

-sos un caso perdido…¡Entra la concha de la lora entra!-- te dijo haciéndote reir--

Naiara era la siguiente, y vos estabas después de ella. Así que rápidamente te pusiste a pensar en qué te irías a tatuar, porque aún no tenías idea, y tenías que hacerlo rápido porque tu turno estaba próximo.

Primeramente y antes de elegir cualquier otra cosa, las tres decidieron hacerse uno igual, uno pequeño pero que tuviera un significado para ustedes…porque si había algo que ibas a agradecer toda la vida, era haberte cruzado con ellas, y esperabas que fuera para siempre. Terminaron cayendo en lo típico, un corazón que terminaba por cerrarse con un signo de 'infinito’.

Y sin querer queriendo llegó tu turno, y junto con el mismo, la frase elegida repentinamente apareció en tu cabeza, haciéndote sentir doblemente segura.

Así que luego de hacerte el tatuaje que habías elegido con tus amigas en tu muñeca, seguiste por la parte baja de la cadera, ahí en ese mismo lugar donde Pedro te lo había prohibido... sonreiste, no tendría que preocuparse, él era el único que iba a poder verlo cuando quisiera.

Finalmente las tres salieron satisfechas y sonrientes de aquel local, marcadas para siempre y con un hermoso recuerdo de su amistad.  

Y ahora, solo faltaban pocos días para poder reencontrarte con tu amor, ya lo venías necesitando bastante, pero ya encontrarías la forma de bancartela.

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Capítulo 107

Era la segunda noche que iban a pasar en Bariloche y la misma era la fiesta de disfraces, y lamentablemente sentías que la emoción que debías tener, no podía llegar a vos.

Había algo que te impedía ser completamente feliz y era el hecho de saber que Pedro había quedado en su casa, pensando cualquier cosa...y no podrías estar presente para sacarlo de su equivocación.

Estaban preparándose para salir al primer boliche, y si bien las tres estaban contentas, vos y Cami estaban con su cabeza en Buenos Aires.

-¿te contestó?-- preguntó ella y mordiste tu labio para negar con la cabeza--

-no... nada--dijiste mientras te delineabas los ojos--

-chicas basta...las voy a echar de mi pieza, me están cansando-- dijo Naiara a su lado y vos suspiraste--

-perdon...pero no puedo estar tranquila asi-- dijiste y te acercaste a tu celular-- lo voy a llamar, si no me contesta, lo dejo de joder-- dijiste y Naiara rodó los ojos. Las dejaste solas en el baño y volviste a la habitación para marcar su número, al tercer tono, finalmente atendió-

-¿Hola?-- dijo del otro lado, con voz pastosa, de seguro dormía, o eso esperabas--

-Hola mi vida--dijiste suavemente--

-gorda, hola-- dijo él--

-¿como estás? ¿te desperté?-- preguntaste mientras te sentabas en la cama, y subias tus rodillas en ella también--

-si, dormía,  tuve un día un poco largo pero ya fue-- dijo y mordiste tu labio inferior-- ¿vos cómo estás?-- preguntó--

-bien, nos estamos preparando con las chicas para salir… como no me contestabas me preocupé-- dijiste --

-No voy a hacer nada Paula, no hace falta que me estés controlando-- dijo y frunciste el ceño--

-que te extrañe no significa que esté controlandote… no dije que lo vayas a hacer-- dijiste--

-no parece… pero también te extraño-- dijo y de repente sentiste un nudo en la garganta, dejaste de querer hablar con él--

-bueno, solo quería saber cómo estabas, pero te dejo de controlar, que descanses-- dijiste--

-Paula dale-- dijo y cortaste la llamada para tirar el teléfono sobre la cama--

Te pasaste las manos por la cara y tragaste saliva fuertemente, a penas llevabas dos días lejos y no querías ni imaginar cómo serian los días que vendrían.

Si ahora tenías ganas de llorar por esta boludes, ¿mañana ganas de qué tendrías?. 

Golpeaste la almohada un par de veces con muchas bronca y volviste al baño con tus amigas, actuando una sonrisa, obviamente no te creyeron, pero ibas a estar bien...o eso esperabas.

De un momento al otro habían comenzado con una pequeña previa allí en su habitación, con tu parlante a todo lo que daba, bailando y tomando un poco de todo el alcohol que habían llevado a escondidas.

En este momento, ya nada te importaba, ni siquiera la pelea con Pedro, esto iba a pasar una sola vez en tu vida y no valía la pena estar triste por él, cuando al parecer tampoco le importaba mucho.

En fin, las tres se pusieron a tono y un poco 'Felices’ para bajar al lobby del hotel junto con todos tus compañeros y esperar al colectivo que los llevaría al boliche.  

Las tres se tomaron una fotografía con sus respectivos disfraces y en ese momento el colectivo llegó.

En el camino iban cantando, riendo, saltando, logrando que te olvidarás un poco del mambo que tenías en la cabeza.

Finalmente llegaron y la fiesta comenzó, ese boliche resultó ser un palacio de lo enorme que era. Había escaleras  y rampas por doquier, automáticamente te aferraste a las manos de tus amigas y juntas comenzaron a caminar entre la gente mientras bailaban y cantaban al ritmo de la música.

Por suerte se pusieron de acuerdo y caminaron hasta la barra para pedirse algo de tomar y darle inicio a la noche.

Las tres bailaban entre ustedes, pero no faltaban los chicos que se acercaban y las invitaban a bailar, vos simplemente reías y negabas con la cabeza, era la manera más sutil que tenías de decir que no. 

Aunque las cosas se ponían un poco 'intensas’ buscabas la forma de salir de la situación y siempre salias victoriosa.

Los vasos que compartían se iban terminando, y por supuesto que los reponían al ratito, pero así como las bebidas se terminaban, también estaba terminándose la única parte de vos que tenía conciencia.

Si bien no estabas borracha, todo comenzaba a moverse a tu alrededor, momento en el que decidiste ya no tomar una gota más.

Ahora estabas junto a Camila, puesto que Naiara estaba con un chico de Mendoza, así que no les quedó de otra…

Los minutos se hacían cada vez más largos y tus pies no daban más, necesitabas con urgencia una silla, o en lo posible tu cama, pero para eso, tendrías que volver al colectivo para que te llevarán de vuelta al hotel...pero sin tus dos amigas no podrías hacerlo.

Naiara se acercó para decirles que ella se quedaría con el chico, y aunque ustedes le pidieron que no lo hicieran, les hizo saber que todo estaría bajo control.

 Así que ambas decidieron volver al hotel, y gracias a Dios cuando salieron del boliche, el colectivo los esperaba para llevarlas de vuelta.

-Hey…¿ya quedaron nocaut? -- dijo Sebastián, haciéndose a un lado para que pudieran subir-

-si...quiero dormir-- dijiste y Camila subió sin más para poder sentarte--

-suban entonces...ya llegamos-- dijo guiñándote un ojo, vos le sonreiste y seguiste a tu amiga--

-Odio que sea tan baboso-- dijo Camila mientras te sentabas a su lado--

-yo también...pero ya fue-- dijiste y cerraste tus ojos--

-extraño a Gonzalo-- dijo suspirando--

-yo a Pedro-- dijiste y las dos se sonrieron--

-¿porque nos pusimos de novias?-- dijo y reiste--

-nos ahorraríamos la tristeza pero...cuando hay amor, mierda que no importa nada-- dijiste y se sonrieron.

A los pocos segundos llegaron al hotel, y las dos bajaron del colectivo junto con tras dos compañeras más para ingresar y finalmente subir a la habitación.

Estaban esperando el ascensor, cuando Sebastián se acerca con una sonrisa.

-¿sera que podemos hablar?-- preguntó y Camila te codeó-- te robó dos minutos y subís a dormir, lo prometo-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-solo un ratito... Cami, subí, ya voy-- dijiste y ella te miró, vos le susurraste que todo iba a estar bien.

Camila subió, y te quedaste a solas con Sebastián. De repente, la incomodidad comenzó a apoderarse de vos, y es que los recuerdos de la noche de la fiesta en que Pedro se enojó con él asaltaban tu cabeza.

-estas preciosa-- te dijo mirándote de arriba abajo. Vos solamente sonreiste-- ¿la pasaste bien?-- preguntó-

-si, gracias-- dijiste y el asintió, luego te señaló las escaleras y el se sentó, vos  y lo hiciste a su lado-- ¿de que querías hablar?-- preguntaste mirando tus manos--

-queria estar un ratito con vos-- dijo sonriendote de forma coqueta. Automáticamente tomó tu mano y la besó--

-eh... Sebas, todo bien pero-- dijiste intentando sacar tu mano de la suya--

-¿Pero qué? -- dijo él, acercándose un poco bastante-- solo te quiero dar un beso-- dijo riendo y terminaste por sacar tu mano de la suya--

-tengo novio-- dijiste y el sonrió un poco más--

-no tiene porqué enterarse-- dijo y lo miraste pasmada--

-no tiene porqué hacerlo, pero yo no quiero-- dijiste poniéndote de pié y caminando hacia el ascensor--

-para linda-- dijo, y estabas a punto de pegarle patadas al ascensor porque no bajaba-- no te enojes-- dijo y suspiraste-

-no me parece bien lo que estás haciendo...se supone que mi hermano es tu amigo y de alguna manera mi novio tambien-- dijiste apretando otras veinte veces el botón del ascensor--

-no somos amigos...y no podemos serlo porque me encantas-- dijo y de repente te acorraló contra la pared y te besó, te tenia agarrada de las manos, pero aún asi pusiste toda tu fuerza para empujarlo--

-¡Soltame imbécil!-- dijiste soltandote y empujándolo. En ese momento llegó el ascensor-- ¡Ni se te ocurra subir porque voy a gritar!-- dijiste y tocaste el botón para cerrar las puertas--

Ni bien estuviste a solas, las lágrimas se apoderaron de vos. No podías creer lo que había sucedido...y Pedro te lo había advertido. ¡Eras una estúpida!.


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Capítulo 106

El micro apenas estaba entrando en la ruta, y tus ganas de bajarte e ir corriendo hacia la casa de Pedro se hacían cada vez más grandes. Suspiraste y miraste a Camila, ella estaba igual que vos, o peor quizás, sus ojos estaban algo enrojecidos, señal de que había estado llorando.

Llevabas menos de una hora lejos de él, y todavía faltaban varios días, no tenías idea de como aguantarias pero algo harías para aguantar, ¿verdad Pau?, Ahora no estabas tan segura.

Tomaste tu celular y revisaste que no tuvieras notificaciones, te decepcionaste al ver que no tenías absolutamente nada. Mordiste tu labio inferior y decidiste escribirle un mensaje, su última conexión había sido hace dos horas.

'Te voy a extrañar mucho mucho, voy a estar pensando en vos… no estés enojado, por favor, no tenía idea de que él era coordinador. Me pone triste tener que irme cuando sé que estás enojado conmigo y no hice nada. Te amo con mi vida, y no lo olvides, ¿si?, Nos vemos a la vuelta -- enviaste junto con miles de corazones y guardaste tu celular en la mochila.

-Estamos yendo a Bariloche y pareciera que están yendo a un velorio che-- dijo Naiara, medio en joda, medio en serio, vos frunciste tus labios e intentaste hacer de tu sonrisa, una creíble, Camila te sonrió y apretaste su mano con fuerza, estaban juntas en esto-- prometanme que la van a pasar bien, y que van a dejar de hacerse la cabeza-- dijo ella y ambas asintieron--

-te juro que lo voy a intentar-- dijo Cami--

-yo tambien, te lo juro que lo voy a intentar-- dijiste sonriendo y las tres comenzaron a cantar junto con sus compañeros.

El micro era un auténtico desastre, pero la alegría de todos era palpable y poco a poco estabas contagiandote con esa buena vibra de parte de todos. 

Tus amigas estaban recorriendo las butacas y saludando a sus otros amigos, mientras que vos te quedaste sentada en tu lugar, siendo un poco masoquista y revisando tu celular, esperando una respuesta de tu novio, una respuesta que aún no había llegado.

Mordiste tu labio inferior y volviste a guardarlo para quedarte allí sentada. Cerraste tus ojos y pensaste en que estaría haciendo...que fea era la distancia, y ni siquiera era una importante, pero igual, necesitabas estar con él, estabas fundiéndote en tus propias palabras.

-hey, ¿porque esa carita? -- preguntaron y abriste los ojos rápidamente, Sebastián estaba allí, sonriendote, vos intentaste hacerlo también y te acomodaste en la butaca-- Hola-- dijo él--

-Hola-- dijiste, intentando disimular tu incomodidad--

-¿Que pasa que me miras así? Tu novio no está-- dijo, y lo odiaste por ese comentario--

-ya sé que no está...y lo extraño-- dijiste desviando la mirada, intentando buscar a tus amigas, pero a las desgraciadas se les había dado por desaparecer--

-disfruta de este viaje Pau, esto no se vuelve a repetir, y espero que me dejes ayudarte a disfrutarlo-- dijo guiñándote un ojo, vos hiciste una mueca y le sonreiste. Él se levantó y automáticamente te aliviaste, no tenías ganas de tener que estar alerta todo el tiempo, pero tenías que hacerlo, ese chico ya no te daba buena espina--

Suspiraste y volviste a revisar tu celular, tu corazón latió con fuerza al ver que por fin había llegado una respuesta.

'Yo también te amo, y ya te extraño, acá voy a estar esperándote, disfruta. Voy a estar pensandote a todas horas ❤ ‘

Mordiste tu labio inferior y sonreiste con nostalgia, ¿cuanto faltaba para volver?, ahora mismo podrías estar durmiendo entre sus brazos, pero no, vos decidiste hacerte la nena grande y madura.

Intentaste alejar esos pensamientos de tu cabeza, y volviste a reunirte con tus amigas, quiénes te hicieron olvidar de todo hasta que les agarró sueño y volvieron a sus lugares para poder dormir un poco, y esperabas lograrlo, porque de lo contrario tu cabeza iría a mil.

Cerraste tus ojos, y automáticamente se te vino a la cabeza la forma en la que te miraba cuando despertaban en la casa de la costa, con los rayos del sol cayendo sobre sus rostros, haciendo que sus ojos marrones, se hicieran aún más claros por la luz… su sonrisa, sus caricias, sus ‘ te amo’, ¡Dios! ¿como si quiera se le había cruzado por la cabeza que podías intentar algo con otra persona, cuando parecías una psicótica que no dejaba de pensarlo ni un segundo?

Sin querer queriendo, caíste dormida largos minutos después. Y para volverte aún más loca, soñaste con él, donde hacían realidad esa fantasía de viajar juntos, pero los dos solos, absolutamente solos y en una playa paradisíaca.

Cuando fuiste capaz de despertar, no fue queriendo porque los rayos del sol te pegaban de lleno en la cara, pero no tuviste más remedio.

Todo el mundo dormía a tu alrededor, por lo que intentaste volver a caer dormida, pero te fue imposible, y no es que hubieras podido tampoco, porque Sebastián comenzó a despertar a todos tus compañeros, avisándoles de que estaban a una hora de distancia.

Automáticamente la euforia empezó a hacerse notar y la felicidad era palpable. Por suerte habías podido distenderte un poco del embrollo que era tu cabeza en esos momentos.

Entre cantos, gritos, cargadas, risas y demás, llegaron a destino. Todos se abrazaron y volvieron a gritar para ir bajando en el hotel que los hospedaría por esa semana.

Camila, Naiara y vos, habían elegido tener una habitación para las tres, no hubiera sido de otra forma pero te gustaba pensar que estaban las tres solas y a punto de disfrutar.

Una vez que les asignaron el cuarto, las tres corrieron al ascensor con todas sus pertenencias, ¿y porqué estaban tan apuradas?, Porque querían agarrar la cama que estuviera más cerca del baño, y quién la tomaba primera, sería la dueña.

Ni bien llegaron, las tres se arrinconaron contra la puerta, pero no importaba, vos tenías la llave. Abriste y rápidamente divisaste la cama junto al baño, automáticamente tiraste tu mochila, ya era tuya.

-te odio-- dijo Naiara ocupando la cama del medio--

-yo también, las odio-- dijo, tocándole la cama que estaba junto al ventanal-

-yo no-- dijiste y tomaste tu celular de la mochila para llamar a tu novio y poder charlar aunque sea un ratito con él….y te hubiera gustado hacerlo, pero no te respondió, de seguro estaba trabajando y no podía atenderte.

Suspiraste y le avisaste a tu papá que por fin habían llegado sanas y salvas.

Miraste a tu alrededor y tus amigas estaban igual que vos, aunque Naiara mirando memes, mientras que Camila y vos se miraban entre ustedes.

-¿tampoco te atendió?-- preguntó ella y negaste con la cabeza--

-que mierda es el amor-- dijiste y te tiraste en la cama--

-amigas, no las quiero tristes...les juro que les pegaría, pero ojalá se vieran las caras, pareciera que murió alguien-- dijo ella y vos sonreiste--

-es que ¿sabes que pasa?, Que estoy casi segura de que se está haciendo la cabeza porque a Sebastián se le ocurrió ser coordinador en mi viaje-- dijiste--

-uy, es verdad, ni lo había pensado… se debe querer matar-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-yo me quiero matar… Dios-- dijiste pasándote las manos por la cara-

-tranquila, ustedes se quieren, seguro cuando vuelvas todo va a estar igual-- dijo y suspiraste-

-ojala, es lo que más quiero-- dijiste y las tres se juntaron en la cama del medio para darse un abrazo--

-las tres juntitas, como siempre-- dijo Cami--

Y este era el principio del último viaje de curso con ellas. Tus mejores amigas.



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Capítulo 105

Y sin querer queriendo, esa dos semanas que te separaban de tu viaje de egresados, habían pasado volando y finalmente, el día de tu partida había llegado.

Hace varios días, Helena te estaba ayudando a terminar tu valija, porque sí, como no te dejaban llevar dos, compraste la valija más grande del mundo, una en la que hasta te sobraba lugar. 

Estabas tan contenta, tan manija, tan todo...tus amigas no paraban de hablar en el grupo, y ni hablar de tus compañeros de curso que estaban caminando por las paredes.

Sonreiste, era el último, acá era donde empezaban las despedidas definitivas.

El colectivo salía esta misma noche , así que estabas en tu cuarto, con todas tus cosas esparcidas sobre tu cama, estabas ultimando detalles, guardando “las últimas cosas”, como por ejemplo el disfraz, mordiste tu labio inferior, había sido otro motivo de pelea con tu novio, tus amigas y vos habían elegido vestir de “Cazadoras”, por lo que tenían una pollera color verde militar, medias negras altas, borcegos...y un top en forma de corpiño.

De más estaba decir que casi​ le agarró un infarto, y no solo eso, sino que lo escondió, y cuando lo encontraste se encargó de decirle a Helena que le agregara más tela a la pollera, porque era demasiado corta...bueno, en esta lo aceptabas, las chicas habían optado por que la misma fuera corta….

Suspiraste, no sabías qué más hacer para dejar a Pedro tranquilo, en estas dos semanas habían peleado más veces de las que te hubiera gustado, y más todavía desde que estaban juntos. No te gustaba estar enojada con él, pero es que últimamente no te quedaba opción, se ponía un poco insoportable….pero luego pensabas en lo mucho que ibas a extrañarlo y el enojo se te pasaba un poco...solo un poquito.

Tomaste tu celular, y mirándo atentamente la pantalla, decidiste llamarlo.

-¿Hola?-- atendió, con su voz un poco adormilada--

-Hola, ¿dormias?-- preguntaste--

-si, estaba durmiendo-- dijo y mordiste tu labio inferior, no mostraba señales de que quisiera hablar, por lo que si no ponía de su parte, cortarías la llamada en breve--

-ah, llamaba para ver si querías venir un ratito -- dijiste--

-¿no querés venir vos?, en tu casa hay mucha gente-- dijo y reiste--

-no mi amor, tengo que ordenar un montón de cosas todavía-- dijiste--

-prefiero que ordenes todo primero, voy a volver a enojarme si veo tu ropa-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-pero mi vida, la hora se pasa rápido… quiero que estemos juntos un rato, me voy esta noche-- dijiste entre molesta y cansada, porque te costaba entender el porqué de esos planteos--

-ya sé que te vas esta noche, no necesito que me lo recuerdes a cada rato-- dijo y suspiraste--

-¿que mierda te pasa Pedro? Estos días estuviste insoportable, pensé que te había dejado en claro las cosas, pero me parece que es al pedo si no confías un gramo en mí… y sinceramente, no tengo ganas de hacerme mala sangre este día, en el cual tengo que estar feliz, pero me lo estás poniendo difícil con esta actitud de mierda. Y ya me cansé, pensa lo que quieras, al fin al cabo todo lo que diga te va a resultar dudoso. Si querés venir bien, y si no también, si tenés ganas anda a despedirte al colegio a las 20:00, pero ya me cansé de estar rogándote para verte cada cinco minutos-- dijiste soltando todo el aire que venías conteniendo en tus pulmones--  y si vas a venir a pelear, prefiero que no vengas, chau Pepe-- dijiste cortando la llamada sin siquiera darle lugar a que formulara una respuesta--

Tiraste el celular sobre la cama e imitaste la acción de tu aparato porque te tiraste vos también, te pasaste las manos por la cara y te la refregaste unas cuantas veces, estabas cansada de intentar hacerle entender que no iba a pasar nada, pero no seguirías haciéndolo.

La puerta de tu cuarto se abrió, y Camila entró, vos la miraste y pudiste notar que tenia sus ojos llorosos, sin querer queriendo comprendiste que estaba pasando, Gonzalo estaba haciendo con ella, los mismos planteos que te hizo a vos.

-me dijo que quiere cortar, y que cuando vuelva, nosotros también vamos a volver-- dijo secando sus mejillas, vos mordiste tu labio inferior y te acercaste a abrazarla--

-tranquila gorda...no le des bola, déjalos que se hagan la cabeza solos, ya no podemos hacer nada, intentamos hacerlo hasta el cansancio y no pasó nada, ya fue-- dijiste--

-pero yo lo quiero...y tampoco quiero que se quede pensando cualquier cosa-- dijo y suspiraste--

-a mi tampoco me gusta dejarlo haciéndose la cabeza, pero bueno, si no confían en nosotras no sirve de nada-- dijiste-- no tengo ganas de sentirme mal, porque sé que no voy a hacer nada, porque tengo claro lo que este viaje es para mí-- dijiste y ella asintió-- ¿ya tenés listas todas tus cosas?-- preguntaste mientras seguías doblando ropa y metiéndola en la valija--

-si, algunas boludeces nada más, pero ya está todo-- dijo aún un poco triste, vos tampoco era que estabas feliz de la vida, por una parte tuya te lo impedía, y es que no te gustaba estar mal con él, no cuando ibas a extrañarlo tanto-- igual, me voy yendo, Gonza salió-- dijo Cami--

-se deben estar haciendo apoyo psicológico entre los dos, no sé-- dijiste divertida refiriéndote a tu hermano y a Pedro-- bueno, anda gorda, pero tranquila, ¿si?, No pasa nada-- dijiste y ella sonrió para luego despedirse de vos--

Una vez que quedaste sola, nuevamente tu cabeza comenzó a maquinar, en este momento, estabas pensando que quizás se te había pasado la mano con todo lo que le habías dicho, quizás no te habías puesto en su lugar, ni tampoco se te ocurrió pensar en cómo reaccionarias si fuera al revés, pero por más que le dieras vueltas y vueltas al asunto, no terminabas de entender porqué se ponía así, ¿es que no te conocía? ¡Por Dios! Él era en lo único que podías pensar las 24 horas, ¿como pensaba que podría haber alguien más?

Suspiraste, necesitabas abrazarlo con urgencia, querías ir corriendo hasta él, pero por otro lado, querias ver si él era capaz de dejar sus estupideces de lado para poder pasar las últimas horas con vos.

Y guardaste esa esperanza hasta el último momento, cuando estabas bajando tu valija y tu mochila por la escalera, intentaste hacerte la dura, pero ¿como no sentir nada?, Tenías unas ganas terribles de llorar, pero no lo harías, no tenías la culpa de que él se armara mil historias...sin embargo, necesitabas que te hiciera saber que todo estaba bien.

Beltrán, Helena, y tu papá te acompañaron hasta el colegio, donde ya estaba estacionado el colectivo y todos tus compañeros eufóricos por subir.

Tu papá te ayudó con tus cosas y vos te reuniste con tus amigas, cada tanto mirabas entre la gente para ver si Pedro aparecía, pero conforme pasaba el tiempo, terminaste aceptando que no vendría.

El coordinador empezó a llamar por nombre y de a uno comenzaron a subir al micro, tu nombre estaba próximo a decirse, así que te acercaste a tu familia y te despediste de todos.

-¿y de mi no te despedis? -- escuchaste la voz de tu hermano y sonreiste para abrazarlo--

-no sé si te lo mereces, dejaste a mi amiga hecha un trapo-- dijiste besando su mejilla--

-disfruta loquita de mi vida...te adoro, tráeme muchos chocolates-- dijo y lo abrazaste una vez más-- alguien quiere despedirse de vos también-- dijo y te separaste para verlo a Pedro paradito detrás de él, mordiste tu labio inferior, y si bien estabas un poco enojada, igual corriste hacia sus brazos--

-perdon...soy un estúpido, pero te amo con todo mi alma-- dijo cerca de tu oido--  perdón perdón-- dijo él

-todavia estoy enojada, pero también te amo, y te voy a extrañar-- dijiste y el te besó--

-divertite...y extrañame mucho, así como yo, y acá te voy a estar esperando-- dijo y junto su frente con la tuya para darte uno de esos besos que te roban el aliento. En ese momento dijeron tu nombre y tuviste que separarte de él para entregar tu documentación y subir al micro.

Lo miraste una vez más y antes de subir, le tiraste un beso. Rápidamente subiste y buscaste un lugar arriba para poder mirarlo por la ventanilla, el sonreía y te saludaba con la mano, y vos estabas a un pelo de no irte a ningún lado…

Sonreiste y el te devolvió la sonrisa, pero luego desvió su mirada y su sonrisa se borró, intentaste mirar hacia donde el lo hacía...y tu respiración se detuvo, Sebastián estaba vestido como coordinador y Pedro se había quedado estático, por unos segundos, porque luego lo perdiste de vista...y luego el micro arrancó.

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Capítulo 104

Los días pasaban volando, y sin querer queriendo el mes llegaba a su fin, es decir que faltaba cada vez menos para las vacaciones de invierno, y no podías estar más contenta, te costaba tanto levantarte con frío, y es que eras tan friolenta.

Y no solo eso, sino que dentro de dos semanas, llegaría tu tan ansiado viaje de egresados. Sonreiste con melancolía al pensar que ya no verías a tantas personas que formaron parte de casi toda tu vida.

Hoy era viernes, último día de la semana para vos, y día en el que te querías disfrutando de la comodidad de tu cama, porque no pensabas salir, hacia muchísimo frío. 

Tus amigas te insistieron mucho, pero aún así dijiste que no, habías tenido danzas y estabas muerta, solo querías taparte hasta la nariz  y mirar series, que últimamente era lo único que te seducía...y tu novio, suspiraste, él era un tema aparte.

Desde anoche que no hablaban, habían tenido una pequeña pelea y ninguno de los dos daba el brazo a torcer, pero lamentablemente por más de que alguno lo hiciera, volverían a pelear.

¿El motivo?, no quería que viajaras a Bariloche, te había dado una extensa charla sobre los ' porqué ‘ no deberías ir, decía que había muchas drogas, mucho alcohol, y tenía miedo de que estuvieras sola todas esas noches….pero no terminabas de entenderlo, porque ibas con tus amigas, con tu curso, ¿quien con un poco de razón rechazaría tal viaje sabiendo que sería el último? Y por supuesto él era muy estúpido si pensaba que ibas a ceder a su capricho, pero….ahora mismo lo estabas extrañando, necesitabas de su calor.

Suspiraste y tomaste tu celular, abriste su chat y su última conexión había sido hace unos pocos minutos, dejando de lado tu orgullo, decidiste hablarle.

-Hola-- enviaste y automáticamente lo viste en línea, sonreiste--

-hola-- respondió el a los pocos segundos--

-¿seguis chinchudo?-- preguntaste--

-obvio-- respondió junto con la carita con los ojitos mirando hacia arriba, vos mordiste tu labio inferior--

-mmm, pero te extraño-- dijiste con una carita triste, y estabas segura de que estaba sonriendo--

-yo un poquito...estoy mirando un partido-- dijo y frunciste tus labios. Podía pasar horas frente al televisor, mirando partidos de equipos que ni siquiera conocía, pero no, era fútbol, eso no podía rechazar.

-tenia la esperanza de que vinieras a cucharear conmigo...hace mucho frío-- dijiste sonriendole como una estúpida a la pantalla--

-pero estoy enojado-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-superalo, ¿queres? Veni, quiero estar abrazadita a vos-- enviaste y al ratito respondió con una carita “pensante”, rodaste los ojos y le clavaste el visto.

Si tenía ganas, podía venir cuando quisiera, pero no estarías rogándole toda la noche porque se enojó por tal pavada como lo era ese tema, pero bueno.

Te pusiste tus pantuflas y tomaste el buzo que le habías robado a Pedro hacía un tiempo, y bajaste para buscar algo de comer, Camila y Gonzalo estaban allí, mirando una película, bueno, discutiendo un poco, pero igual sonreiste y haciendo el menor ruido posible, te dispusiste a prepararte un sándwich.

Volviste a subir a tu cuarto, y te encerraste nuevamente, tapandote con las mantas y dejando el plato en la mesa de noche, pusiste el Capítulo de tu serie en el que te habías quedado y te acomodaste para luego ponerle Play.

Tiempo después, comenzaste a bostezar, ya ni siquiera estabas prestando atención a la televisión, por lo que decidiste poner pausa y dormir, rápidamente juntaste las cosas que habías usado y bajaste para dejarlas en la cocina, a velocidad luz, subiste, te cepillaste los dientes, y cuando te diste cuenta, ya estabas acostada nuevamente, suspiraste y cerraste tus ojos, pero en ese momento, la puerta de tu cuarto se abrió, levantaste la cabeza para ver de quién se trataba, y reprimiste una sonrisa al ver a tu novio con un joggin negro, y un buzo del mismo color.

-¿todavia tenés ganas de cucharear conmigo?-- preguntó y mordiste tu labio inferior, el cerró la puerta con llave y se acercó suavemente a la cama--¿ si? -- dijo y sonreiste--

-un poquito-- dijiste y el sonrió para sentarse a tu lado--

-¿me haces un lugarcito?-- preguntó y te corriste un poco para que pudiera acostarse, el se sacó el buzo y su camiseta para quedar con el torso desnudo-- ¿me sacó el pantalón?-- preguntó pícaro, vos rodaste los ojos y le diste la espalda, a los pocos segundos lo sentiste abrazarte por la espalda--  ¿ahora estás chinchuda vos? Pensé que tenías ganas de cucharear-- dijo--

-hacelo y cállate, porque me estás haciendo enojar-- dijiste y lo escuchaste reír--

-que rabiosa-- te dijo corriendo tu cabello hacia un costado y besando tu cuello--  te extrañe todo el día-- dijo metiendo sus manos por debajo de tu ropa--

-uf, tanto que me estuviste peleando sin cansancio-- dijiste y el te pegó más a su cuerpo, luego suspiró--

-sigo sosteniendo mi pensamiento, pero quiero que estemos bien-- dijo él--

-bueno, pero empeza por vos entonces-- dijiste dándote la vuelta, el pegó su frente a la tuya y comenzó a acariciar tu espalda baja, la suavidad y el calor de sus manos era algo que amabas, y algo a lo que no podías resistirte--

-no empiezo nada...solo que-- dijo y guardó silencio-- Bariloche es un descontrol, yo ya pasé por eso...y-- dijo cerrando sus ojos--

-¿y qué?-- dijiste--

-todos están con todos-- dijo y vos lo miraste atentamente--

-¿pensas que voy a estar con alguien más?-- preguntaste y el te miró, pero su silencio había sido respuesta suficiente--a ver Pedro, que cuando vos hayas viajado a Bariloche todo haya sido un descontrol, no significa que cuando yo lo haga también vaya a serlo….y pienso que eso depende de como lo tome cada persona-- dijiste--  

-no digo que vayas a estar con alguien más… sino que el contexto es un descontrol-- dijo y mordiste tu labio inferior--

-Pedro, a mi no me interesa nadie más, ¿porque te preocupas tanto?, Que vos te hayas levantado a muchas chicas no quiere decir que me vayan a levantar a mí-- dijiste acercándote para besarlo, el te miró-- ¿no confías en mí? -- preguntaste--

-si mi vida...obvio que sí-- dijo--

-¿pero?-- dijiste--

-pero vos sos muy linda, sos hermosa...y los chicos son insistentes-- dijo y vos sonreiste--

-tomalo como un viaje con mis amigas, que de hecho, para mi es eso...y que insistan todo lo que quieran, soy absolutamente tuya-- dijiste juntando tu frente con la suya, y acariciando su mejilla-- te amo--dijiste--

-yo también te amo-- dijo-- mucho-- dijo besándote--

Obvio que respondiste a su beso de la mejor manera. Necesitabas sacarle todas esas dudas que tenía, porque no te interesaba nadie más que él, porque ese viaje no significaba nada más que uno de fin de curso, con tus compañeros, y con tus mejores amigas.

Acariciaste su pecho de arriba abajo, y notaste como empezabas a afectarlo, seguiste por besar su cuello y su respiración se hizo más pesada.

Lo amabas con toda tu alma, y ningún viaje ni nada podría contra eso.

Esa noche te encargaste de amarlo como mejor sabías, quizás no en el plano físico, pero si en el plano emocional, lo hicieron en silencio, porque no debían olvidar que tu papá estaba en la casa, que tú hermanito también estaba allí ...pero de igual forma, nada los detuvo a la hora de amarse.


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Espero que les guste la historia!!! COMENTEN COMENTEN❤❤❤❤❤


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