Capítulo 100

Al otro día, te fue casi imposible despertarte, no querías, no podías creer que el fin de semana tan lindo que pasaste había llegado a su fin, y que en lugar de despertarte calentita en los brazos de tu novio, escuchando de fondo las olas del mar, estabas absolutamente sola en tu cama...y muriéndote de frío.

Lentamente te sentaste en la cama y refregaste tus ojos, el sol estaba comenzando a salir, bah, ni eso, eran apenas las 6:30 am.

 Tomaste valor y te pusiste de pié para poder cambiarte, dirigirte al baño, higienizarte  y bajar a desayunar.

Tu papá y Gonzalo estaban allí, al verte sonrieron.

-buen día-- dijiste y te acercaste a darles un beso en la mejilla--

-buen día mi amor-- dijo tu papá y Gonzalo solo un asentimiento con la cabeza, rodaste los ojos. No era muy fan de hablar en la mañana-

Beltrán bajó al ratito en compañía de Helena y Bady, luego se unió a ustedes.

 Entre bostezos y sonrisas terminaron de desayunar y tu papá decidió llevarlos al colegio, propuesta que aceptaste gustosa, no tenías ganas de caminar hasta allá.

Cuando pusiste un pié en el suelo, sentiste un poco de miedo, las chicas de seguro ya estarían allí, y Naiara aún seguía molesta, mordiste tu labio inferior y con toda la valentía del mundo ingresaste y caminaste hasta tu curso, efectivamente allí estaban las dos. Camila te sonrió a lo lejos, pero tu otra amiga no.

-buenas--dijiste--

-Hola gorda-- dijo Cami--

-Hola-- dijo Naiara apoyando su cabeza entre sus brazos. Bueno, podría haber sido peor y no haberte saludado--

-¿como estuvo tu finde?-- preguntó Cami--

-y perfecto boluda si no hizo un carajo-- dijo Naiara y vos la miraste con los ojos abiertos--

-Naiu-- dijo Camila mirandola--

-No, déjala, tiene razón. Y mirá, prefiero que no pongas mi nombre en esos trabajos​ a que me estés tratando como el orto, yo misma voy a hablar con la profesora y decirle que no hice nada. Listo, fin del tema, me importa un culo la nota esa-- dijiste molesta y te sentaste en tu lugar. Sabías perfectamente que en su lugar hubieras hecho lo mismo, pero ahora no estabas tan segura, se sentía horrible--

La mañana estaba comenzando como el orto, pero no debías dejar que te afectará tanto y que te quitará todo el buen humor y alegría que tenías. 

 Tomaste tu celular, y sonreiste al ver el fondo de pantalla , refugiada en los brazos de tu hombre.

'Buen día hermosa’ -- envió el, sacandote una sonrisa--

'Hola mi amor, buen día para vos también’-- respondiste--

’¿como estás?’ -- preguntó y frunciste tus labios, teniendo en cuenta lo que había pasado minutos atrás--

'empece para el culo, pero ya fue, no voy a dejar que me afecte nada’ -- dijiste-

‘¿que pasó? ¿porqué decís eso?-- preguntó y le contaste brevemente lo que había sucedido.

Simplemente te dijo que no te enojaras, ni nada, si bien tenía razón, no había motivos para tratarte de esa forma. 

De igual forma, le dijiste que no importaba, Naiara y vos tenían un carácter de mierda y en eso se parecían bastante, así que solo dejarías que se le pasara sola.

Ese lunes, estaba llegando a su fin, el peor del año para tu gusto. 

Habías decidido hablar con la profesora sobre el dichoso trabajo, y de alguna manera le gustó que hubieras sido sincera, y aunque tendría que haberte puesto un maldito “1” por ello, dijo que podías entregárselo mañana y por mail. Ese sería un secreto de las dos.

En cuanto a tus amigas, no habías cruzado palabras con ellas, simplemente con Camila quien se acercaba a cada rato.

Camino a tu casa, ya te estabas haciendo la idea de  que no dormirías ni cinco minutos, tendrias que dividirte en mil pedacitos si querías lograr terminar todo para hoy, y también estabas mentalizandote las 3 horas de danza que se te venían encima con Guillermina. 

Suspiraste y entraste a tu casa con Beltrán siguiéndote por todos lados, gracias a Dios lo hacía en silencio porque no querías que nadie te molestara.

Le pediste a Helena comer vos sola, tenías un mal día y no querías descargarte con nadie, ella con mucho cariño te sirvió y luego de comer subiste a tu habitación, donde tenías que ponerte manos a la obra, Guillermina ya te había mandado un mensaje con un aviso de que ni se te ocurriera faltar porque se venían ensayos complicados, y vos que no sabías que hacer para sobrevivir a ese lunes.

Empezaste leyendo el libro, resaltando las cosas más importantes, e intentando comprender las preguntas, pero no podías.

 O estabas negada a hacerlo y comprenderlo, o esa pregunta no estaba bien.

De repente, la felicidad que se había apoderado de vos todo el fin de semana, te había abandonado a las patadas, las lágrimas comenzaron a caer por tus mejillas y entre hipeos intentaste seguir leyendo.

La puerta de tu cuarto se abrió, y automáticamente sentiste unos brazos rodearte.

-no me asustes, ¿que te pasa?-- preguntó Pedro y te prendiste a él como una garrapata-

-no sé...tuve un día de mierda-- dijiste sorbiendo tu nariz-- quiero morirme-- dijiste hipando--

-hey, no digas eso-- dijo acariciando tu espalda, el hizo que te levantarás de la silla del escritorio y el se sentó e hizo que hicieras lo mismo en sus piernas-- nada es tan grave che-- dijo secando tus lágrimas--

-mis amigas me trataron para el orto y me ignoraron todo el día, hablé con la profesora para que no me ponga en el trabajo que ellas hicieron, me dijo que lo haga sola y no entiendo nada, tengo danzas en dos horas y no puedo faltar, son dos trabajos y ni siquiera empecé por uno-- dijiste y el te abrazó--

-bueno...tranquila, yo te voy a ayudar, no llores más, es peor así-- dijo besando tu mejilla-- ahora lo solucionamos, no te preocupes-- dijo y escondiste tu cara en su cuello--

-soy una maricona-- dijiste secando tus lágrimas, el sonrió--

-la más linda, pero igual, no me gusta verte llorar-- dijo y sorbiste tu nariz--

-estoy sensible-- dijiste y el se acercó a besar tu cuello--

-no quiero saberlo...seguro significa que no voy a poder hacerte el amor por unos días-- dijo el haciéndote reir--

-si...no lo creo-- dijiste y el volvió a besarte-

-si, tenés razón, te pones un poco agresiva-- dijo riendo y golpeaste su brazo-- mentira, te amo-- dijo--

-yo también amor, mucho-- dijiste besándolo.

Pedro se encargó de calmarte por unos cuantos minutos y al ratito, se levantó para decirle a Gonzalo que estaría ayudándote, al parecer habían venido a almorzar para charlar unas cosas del trabajo, pero se encontró con vos hecha una bola de lágrimas.

Gracias a Dios que tu novio había venido, porque de lo contrario no hubieras empezado jamás.

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Espero que les guste la historia!!! COMENTEN COMENTEN❤❤❤❤❤


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Y llegaron los 100!!! No lo puedo creer! Gracias a ustedes que me son fieles ❤