Capítulo 108

Despertaste al otro día, sintiéndote peor que nunca, con un dolor de cabeza terrible y con los coordinadores pateandoles la puerta para que se levantaran y bajaran a desayunar.

Hoy se llevaba a cabo la primer excursión y tenían que estar todos listos en 15 minutos, por lo que con toda tu fuerza de voluntad, te paraste de la cama y te acercaste a despertar a tus amigas.

Las mismas se quejaron una y otra vez, pero vos caminaste hasta el baño para higienizarte y poder arreglarte un poco antes de bajar.

Tus amigas ya estaban cambiándose también, así que no tuviste que esperar tanto para bajar a desayunar, porque de hecho, tenías tanta hambre que eras capaz de comerte un brazo.

Mientras esperabas que Naiara y Camila estuvieran listas, tomaste tu celular y esperabas ver un mensaje de Pedro, tu corazón latió con fuerza al ver que así era y automáticamente una sonrisa se instaló en tu cara.

-Buen día ogrita, que disfrutes de hoy, te extraño, te amo ❤-- envíó él, arrancandote la primer sonrisa del día.

-buen día mi vida...recién me levanto, estamos por ir a la primer excursión. Te llamo cuando vuelva, y también te extraño y amo mucho, muchísimo❤ -- respondiste vos de igual forma, dejaste tu celular a un lado y viste a tus amigas mirarte con una sonrisa.

-lo amo-- dijiste y las dos rieron-

Las tres juntas llamaron al ascensor y esperaron a que este llegara para poder bajar. En ese momento, tu cabeza hizo un flash hacia la noche anterior, y el recuerdo de lo que había pasado irrumpió en tu cabeza, de repente comenzaste a sentir calor.

-¿que te pasa?-- preguntó Naiara dándose cuenta de tu cara, que de seguro se había puesto blanca como un papel-

-Paula, ¿Que te pasa?-- preguntó Camila--

-Sebastian me besó anoche-- dijiste recordándolo todo, y de repente tus ojos se humedecieron de a poco--

-Te dije que no te quedarás con él, ¡te lo dije!-- dijo Camila y Naiara apretó tu mano--

-tranquila gorda...no pasó nada, esto no va a salir de acá-- dijo Naiara-- no llores, vos no tuviste la culpa-- dijo y suspiraste--

-eso... tranquila-- dijo Cami y mordiste tu labio inferior--

-no puedo ser más estúpida porque no me alcanza el tiempo-- dijiste y en ese momento el ascensor llegó, así que las tres entraron y bajaron para poder desayunar--

Todos tus compañeros estaban reunidos en el salón, sirviéndose cada uno su desayuno.

 Tus amigas se prendieron a la comida automáticamente, así que intentaste dejar de pensar en aquello, obvio hacías el intento porque no podrías fingir que aquella noche no sucedió.

Sebastián apareció a los pocos minutos, y si bien intentó sonreírte, está vez ni siquiera le dirigiste una mirada. De ahora en más tendrías que ser más cuidadosa.

El dolor de cabeza parecía no querer abandonarte y frente a eso no podías hacer nada, puesto que aunque te doliera ibas a tener que ir a la excursión.

De a poco todos iban terminando con su desayuno y de la misma forma iban caminando hacia la entrada para esperar al colectivo que los llevaría a destino.

Tus amigas y vos, iban haciéndose bromas entre sí, pero más a Naiara, quien la noche anterior había decidido quedarse con el mendocino en el boliche, pero al caer dormidas tan pronto, ni siquiera se habían dado cuenta a qué hora había vuelto, así que las estaba poniendo al tanto de lo que había sucedido.  Por supuesto que no fue nada de otro mundo, y más todavía para ella, quién vivía el día a día.

Tampoco se detuvo a la hora de criticarlo, y por supuesto que hizo mil chistes acerca de cómo venía 'dotado’.

Una vez que llegaron al lugar pactado, de a poco comenzaron a bajar y a formar grupos pequeños. Por supuesto que ustedes tres se quedaron juntas, y preparándose para lo que iba a ser el dichoso “culipatin”.

Ustedes eran las siguientes en intentarlo, y ya estaban riéndose, cómo disfrutabas de esas personas que la vida había puesto en tu camino, esperabas tenerlas toda tu vida.

Se pasaron toda la mañana allí, hasta que llegó el momento de almorzar, así que tuvieron que volver al hotel pronto.

Sin embargo, el sueño comenzó a apoderarse de vos.

 Lo único que querías era terminar de almorzar y subir a tu habitación para dormir un rato, al fin y al cabo tenían la tarde libre, pero tampoco querías desaprovecharla durmiendo, de seguro terminarías yéndote de compras con las chicas.

Y así fue, ni bien terminaron de almorzar, las tres fueron a sus habitaciones para buscar plata e ir a comprar regalos. 

Sonreiste al verlas tan locas entrando a todos los locales y comprando cualquier boludes que veían, pero las querías igual.

Ni bien entraste al primer local, lo hiciste pensando en él, en qué podia gustarle, porque todo lo que veías querías llevárselo, pero obvio...también tenías una familia.

Optaste por un buzo y por supuesto los chocolates. Ya verías que más llevarle, pero por ahora, con esto estaba bien.

-¿Chicas? ¿y si nos tatuamos?-- preguntó Naiara frente a un local de tatuajes--

-no, estás loca-- dijo Camila, Naiu te miró y vos sonreiste--

-puede ser… hace mucho quiero uno, pero Pedro no me dejaba hacérmelo donde yo quería-- dijiste frunciendo los labios-

-¿acaso ves a Pedro por acá?-- dijo Naiara mirando a su alrededor--

-No, pero-- dijiste y ella te miró--

-no seas cobarde...yo entro, la que quiera, que me siga-- dijo ella entrando al local, mientras Camila y vos se miraban--

-Paula no seas estúpida y no le digas la corriente-- dijo ella--

-pero quiero un tatuaje-- dijiste sonriendole, ella mordió su labio inferior--

-sos un caso perdido…¡Entra la concha de la lora entra!-- te dijo haciéndote reir--

Naiara era la siguiente, y vos estabas después de ella. Así que rápidamente te pusiste a pensar en qué te irías a tatuar, porque aún no tenías idea, y tenías que hacerlo rápido porque tu turno estaba próximo.

Primeramente y antes de elegir cualquier otra cosa, las tres decidieron hacerse uno igual, uno pequeño pero que tuviera un significado para ustedes…porque si había algo que ibas a agradecer toda la vida, era haberte cruzado con ellas, y esperabas que fuera para siempre. Terminaron cayendo en lo típico, un corazón que terminaba por cerrarse con un signo de 'infinito’.

Y sin querer queriendo llegó tu turno, y junto con el mismo, la frase elegida repentinamente apareció en tu cabeza, haciéndote sentir doblemente segura.

Así que luego de hacerte el tatuaje que habías elegido con tus amigas en tu muñeca, seguiste por la parte baja de la cadera, ahí en ese mismo lugar donde Pedro te lo había prohibido... sonreiste, no tendría que preocuparse, él era el único que iba a poder verlo cuando quisiera.

Finalmente las tres salieron satisfechas y sonrientes de aquel local, marcadas para siempre y con un hermoso recuerdo de su amistad.  

Y ahora, solo faltaban pocos días para poder reencontrarte con tu amor, ya lo venías necesitando bastante, pero ya encontrarías la forma de bancartela.

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Espero que les guste la historia!!! COMENTEN COMENTEN❤❤❤❤❤


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